Lo mejor que le puede pasar a un director es que comience su carrera con películas que se conviertan en éxitos tanto para la crítica como para la audiencia, ya que esto le permite poder realizar más adelante las cintas que quiera, con el reparto y el guión que más le guste y de la forma que él prefiera. Y eso es lo que le ha ocurrido al director de cine Quentin Tarantino. En sus dos primeras producciones, Tarantino demostró que podía crear buenos guiones gracias al autoaprendizaje que adquirió mientras trabajaba en un videoclub y que ha sabido mezclar con bandas sonoras de primera clase y un elenco de actores y actrices memorables. Reservoir Dogs (1992) y Pulp Fiction (1994) muestran la esencia de Tarantino, una marca creada a base de imitaciones de secuencias e ideas de otras películas pero también de su propio toque, el que le diferencia de otros y le reconoce en todas sus cintas. Y no iba a ser menos Death Proof (Grindhouse: Death Proof, 2007).

Dejando que el cine de serie B no decaiga y siga presente en pleno siglo XXI, el director junto a la ayuda de su compañero cineasta Robert Rodriguez ha creado a su gusto una cinta en la que las protagonistas son un grupo de mujeres jóvenes, atractivas y alocadas que dan rienda suelta a sus sentimientos allá por donde van, sin darse cuenta que están siendo perseguidas por un psicópata cuyos planes destrozarán sus aparentes felices vidas. Tarantino se permite el lujo de mostrar aquello que le gusta: mujeres contoneándose, canciones protagonizadas por T Rex, The Coasters, Willy DeVille o Ennio Morricone que acompañan esos movimientos, escenas que muestran pies femeninos para paliar su fetichismo por los pies, unos diálogos que rememoran secuencias míticas como la escena inicial de Reservoir Dogs, o la venganza como principal argumento para estas dos historias. Y a pesar de tener ingredientes clave en la marca Tarantino, esta cinta enamorará a los amantes del cine de serie B, y puede no gustar tanto a aquellos a los que este tipo de cine les parezca demasiado personal y subjetivo.