La adaptación al cine de la novela de Penelope Fitzgerald es llevada al cine de la mano de la directora Isabel Coixet poniendo como trío principal a dos veteranos como Bill Nighy y Patricia Clarkson, y trayendo la juventud e inocencia de una actriz como Emily Mortimer. en el papel protagonista La Librería (The Bookshop, 2017) relata la vida de una mujer que tras quedarse viuda, decide asentarse en un pequeño pueblo inglés y abrir una librería a finales de los años 50. Desde el comienzo la mujer debe luchar contra un pueblo que está en contra de la apertura de su negocio. A través de una narradora omnisciente nos adentramos en este pequeño pueblo en el que sus increíbles paisajes acompañan a los cientos de libros que comienzan a llegar al lugar, ofreciéndonos así una paz y tranquilidad ciertamente inusual en contraste con la vida moderna actual.

Con un ritmo que en ocasiones se vuelve demasiado pausado y con abundantes silencios que conducen al espectador a empatizar con su protagonista y maravillarse con el coraje y la valentía de esta, la película también hace que esperemos más de unos personajes en los que no se profundiza como nos gustaría. Y es que La Librería peca al dejar caer demasiado peso en el personaje interpretado por Emily Mortimer, dejando erróneamente a sus actores secundarios en un segundo plano. La Librería es una película de época que se convierte en una apología a la literatura y al maravilloso mundo del papel que nos permite viajar hacia mundos desconocidos y emocionantes. Además de ello, la película de Coixet es también una reivindicación del poder de unos pocos frente a unos muchos que viven subrogados a la corrupción que gobierna los pueblos. A pesar de su clasicismo, el filme remarca una ética y unos valores que parecen estar perdiéndose en el siglo XXI cuando más se necesitan pero que tras su visionado, nos llevará a casa pensando cuál será el próximo libro con el que vamos a viajar.