¿Puede interesarle a alguien que no tenga interés por los productos Apple y por la vida en general de Steve Jobs ver una nueva intentona de recrear la historia de este personaje? Es curioso pero Steve Jobs se ha convertido en un icono tan famoso en las últimas décadas que el cine sigue intentando dar a conocer más la vida de su persona tanto en lo profesional como en lo personal. Primero fue el actor Aston Kutcher quien dio vida a un Jobs que mostraba los inicios de su exitosa empresa en su garaje y abordaba ligeramente el tema personal de este destacando su lado más amable. Si no fuera por la interpretación del propio Kutcher, puede que la cinta se hubiese quedado en algo menos conocida de lo que ya es. Ahora es Michael Fassbender quien se pone en la piel del creador de Apple en Steve Jobs (Danny Boyle, 2015), dejando claro desde la primera secuencia que la imagen que nos están mostrando parece ser la más amarga de su persona.

Una persona maniática que siempre quería ser el centro de atención y que luchó por defender sus ideas aunque fueran en contra de lo que opinaba la mayoría de la gente que le rodeaba. Sin embargo, una vez que nos adentramos en la historia, la película va cambiando la imagen de Jobs, reconociendo también la humanidad de alguien con esas cualidades, y dejando entrever la influencia de su hija en sus creaciones a pesar de la constante negación de este de su paternidad. La semejanza en ambas películas es clara y es que en la dos se idolatra al personaje a pesar de lo mucho que se ha hablado en los medios de comunicación de la personalidad tan fría de Jobs. Curiosamente, en ambas cintas destacan las actuaciones de sus actores, quienes nos recuerdan físicamente al personaje y hacen rememorar momentos míticos de su carrera gracias a sus buenas interpretaciones. Pero sin embargo, ambas comparten el hecho de ser películas que tampoco destacan por su contenido en sí y que parecen querer hacer sobresalir más la humanidad de alguien que llegó muy alto a pesar de lo que sus más allegados y los medios decían de su persona.