El documental Deep Web (Alex Winter, 2015) nos cuenta la historia de la web que empezó en el año 2011 intercambiando todo tipo de bienes pero que finalmente, se hizo famosa por ser sobre todo el primer punto de venta entre vendedores y comerciantes de drogas de todo tipo. No era la primera vez que se usaba la red para vender droga, pero sí fue la primera web que esta venta se realizaba fácilmente y de manera sofisticada ya que los envíos llegaban rápido al comprador y sus portes eran siempre gratuitos. Lo que también hizo famosa a Silk Road fue la combinación del uso de las tecnologías Tor y Bitcoin, que permitían a sus creadores mediante códigos criptográficos permanecer en el anonimato y por tanto, que la identidad del vendedor fuese realmente difícil de averiguar. Silk Road tenía sus propias reglas, entre las que se incluían que no se vendiera nada robado o que no hubiera pornografía infantil. Y lo curioso es que esta web tenía un propósito que puede resultar chocante: terminar con la guerra de las drogas.

Querían reducir la violencia que generan las transacciones de drogas y que no sólo involucraban a las personas que compran y venden droga, sino también las que se generan por organismos tan importantes como la propia policía. El documental utiliza los testimonios de periodistas, trabajadores de organismos conocidos o la propia familia del principal acusado en la trama (Ross Ulbricht), y nos muestra vídeos y fotos del propio Ross Ulbricht que mediante la voz de un narrador omnisciente (el actor Keanu Reeves) nos cuenta la historia de la web desde su nacimiento, la de su administrador Dread Pirate Roberts, la controversia de la acusación de Ulbricht o el misterio que rodea a cómo el FBI o la NASA localizaron esos servidores. Deep Web cuestiona el derecho de los gobiernos a acceder a la privacidad de los individuos, el interés propio de los grandes organismos que vulneran la justicia o la involucración de los medios de comunicación en contar lo que se les dice y guardar lo que les interesa.