A veces cuando una serie es renovada por una segunda temporada sin haberse estrenado en antena ningún episodio suele ser por algo. Killing Eve (Phoebe Waller-Bridge, 2018) es una serie compuesta por ocho episodios que están protagonizados por la actriz detrás del personaje de Cristina Yang en Anatomía de Grey (Grey’s Anatomy, Shonda Rhimes, 2005), Sandra Oh y la joven actriz británica Jodie Comer. Ambas en los papeles de detective y asesina respectivamente crean una deliciosa e inquietante relación en la que sorprenden las personalidades tan peculiares de sus personajes y el puro humor negro con el que este thriller se desarrolla.

Ambientada en Londres pero recorriendo otras ciudades en países como Alemania, Rumanía o Rusia debido a que el personaje de la asesina se mueve por el mundo dejando cuerpos por donde va, la originalidad de la serie y la representación que en ella se hace de dos personajes femeninos que siendo detective y asesina rompen con los estereotipos que el cine y las series han creado, es lo que hace a Killing Eve tan atractiva. El sentido del humor y la humanidad que tiene la joven asesina a pesar de no tener ningún tipo de remordimiento con los descabellados asesinatos que comete, o la obsesión con las asesinas femeninas que tiene la detective y que la lleva a involucrarse personalmente en la investigación de estos asesinatos poniendo en riesgo su propia vida y la de los suyos es lo que llega a atraparnos de la serie.

Sorprendentemente, Killing Eve va disminuyendo su grandeza conforme se desarrolla y sus últimos episodios son los más flojos y quizás surrealistas de la primera temporada pero a pesar de ello, el interés que causan sus dos protagonistas femeninas junto con el de otros personajes secundarios como el interpretado por la actriz Fiona Shaw nos hacen querer saber más y ver la evolución de un personaje secundario cuya ironía y pocas palabras hacen que quede mucho por contar de ella. Gracias a esta villana con un comportamiento infantil que no tiene escrúpulos y que rompe con la imagen de la femme fatale, y a una detective con una forma de ser tremendamente atractiva que enseguida recrea a la maravilla Sandra Oh y cuya psicología resulta enormemente interesante son la combinación de una serie extravagante y sorprendente.