⇓ SPOILERS A CONTINUACIÓN ⇓

La casa de papel (Álex Pina, 2017) vuelve con una segunda temporada compuesta por seis episodios en los que continúa la tensión dentro y fuera de la fábrica de moneda y timbre cuando han transcurrido ochenta horas de atraco. La segunda y última temporada por el momento —a la espera del estreno de la tercera en 2019—  comienza con un primer episodio que mezcla traiciones, engaños y alguna que otra escena de humor, demostrando que el guión de este thriller puede mejorar al de su temporada predecesora.

La segunda temporada rememora las características principales de los personajes que ya conocimos en la primera y volvemos a ver la ironía del profesor, la inmadurez de algunos de los atracadores o el egoísmo de Berlín, y también desarrolla y se centra en personajes que antes fueron más secundarios como son Nairobi, quien toma las riendas del grupo cuando la mayoría pierden los papeles o Denver y Moscú, recreando los momentos familiares cargados de sentimentalismo en esta temporada. Por otro lado, se olvidan de otros personajes que parecía que iban a dar juego a la trama como es el caso de Alison Parker, o no se saca suficiente partido a otros rehenes como se hace con Arturo, quien sorprende que sea el único rehén que intenta salir de la fábrica en varias ocasiones, demostrando con su personaje la pasividad de la mayoría de los rehenes.

En la segunda temporada de La casa de papel, los personajes femeninos reviven con más fuerza y protagonismo, y junto a la evolución de otros personajes relevantes masculinos que seguimos conociendo a lo largo de estos episodios crean una temporada que aunque deja bastantes temas sin explicar, es más igualitaria y nos hace empatizar enseguida con los personajes y disfrutar de escenas de acción míticas, secuencias dramáticas que conseguirán sacarnos alguna que otra lágrima y la misma tensión durante toda la trama hasta su desenlace, con una memorable penúltima secuencia.