1917 (Sam Mendes, 2019) puede parecer una película bélica más pero sin embargo, el plano secuencia con el que emula estar grabada toda ella sin perder ni un segundo de la hazaña que se le asigna a dos cabos el 16 de abril de 1917, la hace ser una cinta distinta a otras del mismo género. Esta historia ficticia basada en los relatos que el abuelo del propio Sam Mendes y otros soldados compañeros de este contaron al director sobre sus experiencias como cabos durante la Primera Guerra Mundial —una guerra en la que en poco terreno perdieron la vida millones de personas—, le han servido para crear la historia de dos cabos con la misión de entregar un mensaje en un tiempo récord teniendo que adentrarse en zonas de guerra con el fin de salvar la vida de más de un millar de personas.

Lo que parece ser un plano secuencia de casi dos horas de duración es la clave que utiliza el director para que el espectador se sienta cercano a la historia de estos dos soldados y no se separe de ellos en todo el recorrido. Sus planos minuciosamente estudiados, la exquisita puesta en escena así como su impresionante fotografía y la fabulosa banda sonora que te dirige en los momentos de tensión o intriga son los puntos fuertes de 1917, que consigue sorprender y se convierte en una cinta clave de entre las de género bélico.