El último largometraje del director David Leitch reconocido por dirigir películas como John Wick (2014), Atómica (Atomic Blonde, 2017) o Deadpool 2 (2018) fue uno de los más promocionados el año pasado con Brad Pitt de protagonista en un papel en el que se intenta tapar la belleza del actor con un gorro y unas gafas de pasta y darle a su vez un tono irónico de humor constante a una película de acción en la que los vagones de un tren son la localización que más se repite en toda la cinta. Bullet Train (David Leitch, 2022) nos lleva al viaje a bordo de un tren que realizan distintos mafiosos que comienza en Tokio y se dirige al norte de Japón.

La puesta en escena repleta de colores con una estética en la que todo lo japonés ayuda a recrear una composición visual con multitud de luces en medio de la noche y animación en todos los sitios, se mezcla con unos cambios constantes de planos y un ritmo acelerado que ayudan a que el espectador esté entretenido durante todo el metraje. Una variada banda sonora con una versión del ‘Stayin’ Alive’ de los Bee Gees interpretada por Avu-chan, la solista pop UPSAHL, la banda Pussy Riot, el baladista Engelbert Humperdinck, pop cantado por Alejandro Sanz, el artista japonés Tamio Okuda o el rock americano de Rare Earth entre otros, dan ese toque personal y heterogéneo a una película que es una mezcla de varios géneros cinematográficos que se mueven entre la comedia negra, el thriller, el crimen y la acción.

Con Brad Pitt, Joey King, Aaron Taylor-Johnson, Zazie Beetz, Brian Tyree Henry y Andrew Koji entre el reparto principal compuesto mayoritariamente por hombres y la participación sorpresa de cameos y apariciones breves de otros actores y actrices conocidos, Bullet Train es una apuesta que se rodea de una atmósfera bastante tarantiniana que mezcla sangre, violencia y humor negro con el mero objetivo de entretener a su espectador. Sus efectos especiales contribuyen a mejorar la acción y querer hacer la película más a lo grande, y al igual que la letra de la canción del final de la película interpretada por el grupo Rare Earth, la moraleja de la historia es celebrar otro día de vida aunque el ser humano siga teniendo fe en las personas y estas sigan decepcionándonos.