Cambio de reinas (L’echange des princesses, 2017) es un drama de época que nos traslada a un acontecimiento pasado que unió a la monarquía francesa con la española en el siglo XVIII como solución a una guerra que enfrentaba a los dos países y en la que la unión de dos matrimonios fue la decisión que tomó el rey francés Felipe de Orleans para devolver la paz a Francia y España. La clase alta es la protagonista de dos historias paralelas protagonizadas por cuatro niños que son obligados por sus familias a contraer matrimonio como solución a terminar una guerra que parecía no tener fin. El egocentrismo y la frialdad de la clase alta choca con las personalidades de unos niños y niñas cuya inocencia y humildad todavía están latentes, pero cuyos acontecimientos hacen que su forma de ser sea más madura y se vean obligados a vivir una infancia y adolescencia que no es la que deberían haber tenido.

Los dos matrimonios los conforman por un lado, la más pequeña Mariana Victoria, obediente y educada quien con tan sólo cuatro años parece estar hecha para el título de reina. Ella es casada con Luis XV, un joven responsable y demasiado metido en sus obligaciones como rey. Y por otro lado, Luisa Isabel de Orleans, la más rebelde pero también la más valiente por no aceptar todo aquello que le obligan a hacer cuando va en contra de sus principios. Ella es casada con Luis I, el más patoso de los cuatro pero un joven callado y bondadoso escondido bajo la sombra de su padre Felipe de Orleans.

Cambio de reinas comienza como una película clásica de época que no sorprende en su inicio pero que poco a poco va alejándose de las características principales de estos dramas tradicionales para centrarse en los seres humanos que se encuentran bajo el título de monarcas. Una mirada cercana a los niños y adolescentes que se convirtieron en reinas y reyes demasiado jóvenes, y que gracias a las interpretaciones de sus cuatro actores principales consiguen adentrarnos rápidamente en la rutina diaria de ellos durante sus reinados. Cabe destacar especialmente las interpretaciones de las actrices que dan vida a las dos reinas de cuatro y doce años respectivamente, que con sus dos personajes nos hacen comprender la dificultad de adaptarse a esos cambios radicales y a la soledad que vivieron. Estas buenas interpretaciones junto a su fotografía y a la excelente puesta en escena hacen que Cambio de reinas logre mejorar su primera parte de largometraje y demuestre que es una opción interesante de ver.

Esta reseña también puede leerse en la web de Cine en Serio.