Poco sabemos de Somalia, un país africano al que las continuas guerras que todavía persisten en el país tras una guerra civil que terminó derrocando su dictadura en los años 90 dejó al pueblo con un conflicto interno que hoy perdura. La hambruna que lleva sufriendo su población durante años resalta la existente pobreza que sufre el país y que añadida a esa guerra interna provoca la muerte de miles de vidas. Es muy difícil ponerse en la piel de gente que vive en un ambiente como ese, pero sí que podemos hacernos una idea de la complicada situación que puede llevar a una persona a lo peor para así poder tener algo más de lo que tiene partiendo de que no tiene nada.

Capitán Phillips (Captain Phillips, Paul Greengrass, 2013) relata la historia real que vivió Rich Phillips y su tripulación a bordo del Maersk Alabama en el año 2009 cuando se dirigían a Mombasa con contenedores que transportaban desde mercancía general hasta productos básicos alimenticios y de salvamento para África. El barco se encontraba cruzando aguas internacionales en Somalia cuando fue asaltado por piratas somalíes. Es curioso como la película, siendo una cinta basada en hechos reales, desde su propio comienzo nos muestra las dos caras de la moneda. Por un lado, la vida de un capitán dejando a su mujer y su casa para embarcarse en su próximo trabajo en la mar y por otro, la historia de un montón de hombres somalíes queriendo ser elegidos para un trabajo como el de asaltar barcos ajenos para intentar conseguir dinero de cualquier forma. Dos mundos muy distintos y las vidas de seres humanos que provienen de ambientes y circunstancias demasiado opuestas.

Gracias a una dirección realizada por el magnífico Paul Greengrass, el juego que se crea con los sonidos, silencios y música así como los rápidos movimientos de cámara que utilizan close-ups para resaltar a los líderes de ambos bandos son la combinación perfecta para provocar tensión y angustia a una historia bien relatada con la que el drama y el miedo coexisten durante la mayor parte del metraje. Basada en la novela escrita por el propio capitán Rich Phillips pero como siempre, sabiendo que estamos ante una película de la que desconocemos la delgada línea entre ficción y realidad, Capitán Phillips es un entretenido largometraje de suspense que nos ayuda a conocer una historia de piratería en alta mar de las muchas que se suceden en la actualidad —pero una que afectó a un barco americano por primera vez en muchos años—, y que nos hace pensar en todos aquellos ciudadanos africanos que arriesgan sus vidas de esa manera y que en consecuencia hacen peligrar las vidas de aquellos que surcan los mares trabajando de ello.