Esta semana se estrena una comedia argentina en la que un matrimonio ya consolidado comienza a resquebrajarse debido a la obsesión de él por el fútbol, que le impide vivir un día sin que un partido de fútbol le quite unas cuantas horas de su jornada diaria. De la mano de Marcos Carnevale —director del remake del film francés Intocable (Intouchables, Olivier Nakache y Eric Toledano, 2001)—, y con las buenas interpretaciones de los actores Adrián Suar y Julieta Díaz nos adentramos en una comedia repleta de estereotipos que a pesar de tener un desarrollo predecible, nos sacará alguna que otra risa.

Aunque pueda parecer un relato exagerado, la adicción al fútbol que sufre un gran número de personas es tal, que pueden no resultar extremas las barbaridades que está dispuesta a hacer la gente por ver el partido de fútbol de su equipo favorito. Esa desesperación de aquellos que viven por y para el fútbol como si su vida dependiera de ello está bastante bien relatada en la película, aunque en algunos casos se exagere para crear los golpes de humor. Sin embargo, la gran cantidad de estereotipos que se utilizan para potenciar la comedia y el romance de la pareja, son quizás algunos de los valores que deberían perderse en la sociedad y que el cine sigue utilizando como táctica para ganar espectadores cuando en ocasiones está inculcando unos valores erróneos (por ejemplo, los celos del hombre pensando en que su mujer va a serle fiel en el mismo momento que se separan).

Gracias fundamentalmente al guión escrito por el propio Carnevale y a las buenas interpretaciones de su pareja protagonista, El fútbol o yo es una comedia repleta de estereotipos que el propio director utiliza para desarrollar la historia de la pareja y la parodia, y con la que ha creado un relato convencional que mezcla humor y romance como forma de entretenimiento y que sin ser una gran cinta, conseguirá sacarnos algunas sonrisas.