El bosque Aokigahara, conocido también como el mar de árboles y de ahí el título de esta película, es un bosque de unos 35 km² situado en la parte norte del monte Fuji, a 2 horas de la ciudad de Tokio en Japón. Desgraciadamente, la fama de este bosque es debida a que es el segundo sitio del mundo donde más gente acude a suicidarse (el primer puesto parece ser el famoso puente Golden Gate en California).
Una imagen del bosque Aokigahara
Gus Van Sant nos adentra en este inmenso bosque, y lo que es más inquietante, nos hace sentir que estamos visitándolo en persona en esta historia protagonizada por Matthew McConaughey, en la que el protagonista decide acudir hasta la ciudad japonesa para terminar con su vida. A lo largo de la película y con diversos flashbacks que van mezclando el pasado y el presente conseguimos sentir el miedo de un bosque que parece dar la bienvenida a sus visitantes pero que sin embargo, no quiere dejar que estos lo abandonen.
Una escena de la película con Matthew McConaughey
Sin ser una gran cinta, lo mejor que aporta es el hecho de conseguir representar la soledad que una persona puede sufrir cuando la vida no parece portarse bien con ella. Asimismo, el silencio y el terror que caracteriza este bosque está muy bien escenificado, y aunque sólo sea durante estas casi dos horas de metraje, es interesante visitarlo, a pesar de lo duro que debe ser estar entre tanta naturaleza sintiéndose atrapado en ella.
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