Tras terminar la película, la sensación es la de, si la película es así, cómo debe ser el libro en el que está basada. Y es que Esperando a Míster Bojangles (En attendant Bojangles, Régis Roinsard, 2021) está inspirado en la novela del mismo nombre escrita por Olivier Bordeaut. El largometraje nos lleva a una realidad que está bañada de un mundo literario y creativo que predomina en sus diálogos con la inventiva constante tan innovadora que viven sus personajes protagonistas. Una canción que suena repetitivamente, la preciosa ‘Mr. Bojangles’ compuesta y cantada por Jerry Jeff Walker que se ha versionado en numerosas ocasiones y que para la película está cantada por Marlon Williams. Este romance se centra en sus dos personajes protagonistas y en la familia que ambos crean.

En su historia vemos que existen dos tipos de locura, una locura insana que de vez en cuando sale a la luz y transforma al humano, y otra que es saludable y que hace que nos tomemos la vida de mejor manera. Y el largometraje nos recomienda que, “cuando la realidad es banal y triste, invente una bonita historia” y así la vida se llevará mejor. Y es que cuando estamos metidos de lleno en este romance tan atípico y envidiable que muestra la cinta con ese mundo que rodea a los personajes, hasta nosotros como espectadores queremos convencernos de que no se puede vivir fuera de la realidad como hacen ellos.

Una imagen de la película ‘Esperando a Míster Bojangles’

Esa admiración que sentimos por esta familia también está rodeada de una tristeza que se esconde tras la alegría de los personajes que Virginie Efire, Romain Duris y Solan Machado-Graner tan bien interpretan. Y tras el disfrute de su historia y aunque también tenga sus momentos dramáticos, con un final que puede crear controversia para muchos, queda una moraleja principal que nos sirve como enseñanza y que nos recuerda la importancia de cómo nos tomamos la vida, cómo elegimos vivirla y cómo esos actos son decisivos para la felicidad que tenemos.