Afortunadamente podemos decir que en las últimas décadas han ido aumentando las comedias en las que las mujeres son por primera vez protagonistas y no se necesita a un Dustin Hoffman que se disfrace de mujer para que la película pueda ser vista por un amplio público —sin quitarle mérito a Tootsie (Sydney Pollack, 1982) que es una gran comedia—. El problema es que le falta mucho todavía a estas comedias protagonizadas por mujeres para que se libren de los estereotipos y del patetismo, e interpreten a mujeres reales con problemas reales y no caigan en las bromas fáciles y en muchos casos exageradas para lograr la risa del espectador. La trama de Hermanísimas (Sisters, Jason Moore, 2015) es relativamente fácil: ¿volverías a rememorar durante una noche una macro fiesta como las que hacías en tu época adolescente en casa de tus padres con tus compañeros de instituto?

En el caso de estas dos hermanas protagonizadas por las actrices Tina Fey y Amy Poehler que con más de 40 años siguen comportándose como dos mujeres inmaduras e irresponsables, la respuesta a esa pregunta es sencilla. La fiesta les hará conocer sus verdaderas personalidades, que a pesar de ser hermanas y estar en contacto diariamente, parecían haber escondido la una a la otra, y gracias a esa noche loca saldrán a la luz. Y ese momento vendrá después de un puñado de escenas exageradas en las que espanta más que provocar la risa, y en la que el patetismo de las hermanas y de algunos personajes secundarios demuestra que no se sabe sacar provecho de la imagen de la mujer en las comedias cuando estas son las protagonistas, y que desgraciadamente, parece que tardaremos en ver personajes femeninos que puedan llevar el hilo principal de una comedia sin recaer en las bromas fáciles y tradicionales que persiguen al rol de la mujer en la sociedad actual.