Las películas biográficas tienen la pega de que nunca vas a saber con exactitud si lo que te cuentan es del todo cierto, pero lo que está claro es que al hablar de gente famosa que hemos visto tantas veces en los medios de comunicación, este género cinematográfico suele hacernos creer que lo que nos cuentan es cierto y que, indiferentemente de si es verdad o mentira lo que se dice sobre estas celebrities, tiende a quedársenos con más facilidad en la memoria lo que nos dicen y solemos recrearlo como una característica propia de la persona real.

Hemos oído hablar mucho de Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960) por haberse convertido en una de las míticas películas del director Alfred Hitchcock ya convertida en película de culto, y gracias a ello también podemos decir que conocemos un poco más al hombre que fue Hitchcock, ya que los medios han hablado mucho sobre su personalidad y sus obsesiones (si fueron realmente ciertas o no, eso ya es otra cosa). Pero tras todo lo que hemos oído, parece que Hollywood le ha querido dar un desenlace más bonito a esta película del que el verdadero Hitchcock tuvo en su vida.

En Hitchcock (Sacha Gervasi, 2012) se narra sólo un año de la vida del director y la película se centra concretamente en el año previo a la grabación y estreno de Psicosis, pero también se habla de la relación de la pareja, se muestra que tienen una relación basada en los celos, que su mujer sigue ahí a pesar de los constantes flirteos de Hitchcock o sus claras obsesiones con grandes actrices rubias con las que trabajaba, y también nos hace ver cómo los celos también los tenía Hitchcock cuando veía que su mujer podría estar viéndose con otro. A pesar de esta relación que se ve que está afectada por los años que llevan juntos y la rutina diaria, la película quiere hacernos creer que tenían una idílica historia de amor y más bien parece que se ha decidido hacer así por el mero hecho de dejar un final feliz ‘made in Hollywood’ en la película.

Una imagen de la película ‘Hitchcock’ (Foto: IMDB)

En cuanto a las interpretaciones, Anthony Hopkins en su papel de Hitchcock clava su imitación gracias no sólo a su caracterización sino también por la pose, los gestos, los movimientos y el acento británico del director. Y el personaje de Helen Mirren sorprende por el enorme peso que tiene en la historia en sí. La película remarca la importancia de Alma Reville en la vida y en las obras de Hitchcock. Nos enseña una Alma Reville muy inteligente y llena de quehaceres cada día: ella lleva las cuentas de la casa y de la financiación de la película, le da ideas y consejos a su marido en el trabajo, ocupa el lugar de este en el rodaje cuando él enferma, y sin embargo, es a la vez muy independiente porque no sólo ayuda a su marido sino que tiene un trabajo propio escribiendo sus propias obras. Es una mujer llena de energía y muy versátil, y esa fuerza que tiene la vemos reflejada gracias a la maravillosa interpretación de Helen Mirren. Ahora bien, si lo que nos enseñado en esta película sucedió realmente así en la vida real, como he comentado antes, no lo llegaremos a saber nunca.