Lo cierto es que la idea es ambiciosa y si lo piensas fríamente, complicada de visionar en el cine. Sobre todo, teniendo en cuenta que eran los años 90 y los efectos especiales no eran entonces los que hay hoy en día. Independence Day (Roland Emmerich, 1996) describe la invasión alienígena que sufre Estados Unidos, y cómo unos pocos supervivientes se unen para luchar contra una amenaza que quiere destruir el país americano y a sus ciudadanos. La visión es desde la perspectiva americana con un presidente al mando, y con una primera secuencia en la que escuchamos la canción de REM, ‘It’s the End of the World as We Know it (And I Feel Fine)’, que ya nos adelanta que el tono cómico va a estar presente a lo largo de esta película sobre el fin del mundo (o al menos, el fin de Estados Unidos que es la perspectiva que se describe).

Aunque la cinta es puro cine de entretenimiento que distrae al espectador en todo momento, a través de esta se muestran una mezcla de advertencias y enseñanzas que se instalan bastante bien en el espectador. Desde lo que puede llegar a hacer Estados Unidos ante un ataque a su país, hasta consejos como no dejar lo importante para más adelante —entendiendo como importante temas como el matrimonio—, o ese sentimentalismo con el que describen los valores que se han instaurado en la sociedad. Y todo ello está envuelto en una atmósfera de patriotismo americano que se hace más grande con películas como esta, y que convierte a los hombres en héroes, dejando, de nuevo, a las mujeres en papeles secundarios que funcionan de apoyo a la heroicidad del hombre.

Esto lo consigue la película con humor para que el drama que describe su historia sea más llevadero, y lo complementa con ciencia ficción y unos efectos especiales que logran trasladarte a esas naves y ver el espacio casi como si fuera en primera persona. Y dentro de todo ello, unos personajes que consiguen, cada uno a su manera, tener cierta cercanía con el espectador. Independence Day ayuda a recrear esa imagen que otras películas y series han ido creando sobre los extraterrestres, y gracias a este tema en concreto, introduce en la mente del espectador que lo desconocido —o no conocido— es peligroso. Su banda sonora termina de resaltar el coraje de estos hombres —algunos jugándose la vida por su familia y por su país—, curiosamente de igual manera que hacen los hombres que se alistan para ir a la guerra. Y es que los mensajes subliminales y lo que transmiten al público son también una forma de educar a la audiencia. Entretenimiento, sí; ¿pero hemos pensado alguna vez en todos los mensajes que nos están inculcando este tipo de películas?


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