¿Qué se puede esperar de una adaptación de una obra de finales del siglo XIX en pleno siglo XXI? ¿Originalidad, respeto a la obra, modernización de ésta o qué exactamente?
Cuando ya se han hecho cuatro películas y dos telefilmes de la obra que culminó la carrera de Gustave Flaubert, la directora Sophia Barthes se ha animado a recordar a los jóvenes de ahora la historia de Emma Bovary, una mujer casada con un médico en una aldea francesa y que empujada por la soledad y la monotonía que la rodea comienza una relación complicada con el dinero y los hombres. Lo curioso es que no se ha aprovechado el posible desconocimiento que muchos puedan tener sobre la obra ya que la cinta empieza mostrando el trágico final, tan memorable de la novela y de la mayoría de las obras literarias de esa época.
La pregunta es, ¿era necesaria otra versión de la aclamada novela? Lo cierto es que seguramente no, porque con seis adaptaciones anteriores, cualquiera que quiera ver representada esta obra puede elegir una de ellas para ver de nuevo una historia bastante trágica que narra lo que la soledad y la desesperación puede hacer en una mujer bastante inteligente como Emma Bovary.
Lo mejor de la cinta es sin duda la interpretación de Mia Wasikowska, la actriz que también interpretó a otro personaje célebre de la literatura universal como es Jane Eyre de la escritora inglesa Charlotte Brontë, y que sorprendió a muchos con una historia más actual y bella en el papel de la joven que recorrió en la década de los 70 casi 2000 millas por los desiertos de Australia en la cinta El viaje de tu vida (Tracks, John Curran, 2013). Ahora, Mia Wasikowska vuelve a meterse en el papel de una mujer pobre e inocente que sufre las consecuencias de una época en la que la mujer es casada con el hombre que elige su familia, y que tras el matrimonio es relegada a una vida rutinaria y aparentemente aburrida que la llevará en este caso al desastre. Una de las maravillas de la cinta es ver el progreso de la personalidad de la protagonista, como comienza siendo una mujer inocente y vulnerable que no parece saber mucho de la vida, y que por ello sufre los engaños de un hombre que le enseña la facilidad de conseguir dinero a cambio de que ella pueda vestir vestidos glamurosos, y que harán que su personalidad vaya cambiando por los problemas que todo ello le va ocasionando.
Mia Wasikoswka en una secuencia de Madame Bovary
El problema de la cinta reside esencialmente en la narración tan aburrida y lenta que nos recuerda a la vida de la propia Emma Bovary, y que no engancha al espectador en ningún momento (las interpretaciones de sus actores secundarios tampoco ayudan debido a que son poco convincentes y no contribuyen a que el hilo de la narración pueda generar momentos memorables).
Sólo como anécdota mencionar el parecido que hay entre Wasikoswka y la actriz Claire Danes en esta cinta, no sólo por su físico sino también por sus gestos y sus miradas en muchas secuencias.
Mia Wasikoswka en una secuencia de la película
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