Parece mentira que teniendo a dos grandes actores como Ethan Hawke y Julianne Moore, sea una actriz conocida por sus papeles secundarios quien lleva la carga principal de la historia. El problema de Greta Gerwig es que no termina de encajar en el papel, o quizás sí que encaja y sea por ello un drama aburrido que roza lo absurdo y que intenta copiar el estilo de Woody Allen como si de un becario principiante se tratara.

Pero no toda la culpa puede tenerla un personaje o un actor, y es que los diálogos, que son lo único que podría atraer dentro de una historia que se centra en un trío amoroso de mediana edad que va girando en torno a un bucle que parece no tener salida, esos diálogos hacen la trama más aburrida e insustancial y la alejan más de cualquier parecido con el cine de Allen a pesar de sus líos amorosos, la música animada entre secuencias o las conversaciones entre los personajes.

Ethan Hawke y Greta Gerwig en una escena de la cinta

El plan de Maggie no es quedarse embarazada a través de la inseminación artificial ni arruinar su propia vida, está claro que el plan de Maggie es intentar convencer al espectador con un plan tedioso y poco convincente, que a pesar de tener una puesta en escena hipsteriana acorde con los tiempos que corren en donde Nueva York es el escenario que enmarca la historia, no consigue enganchar al público y cae en el aburrimiento.