¿Puede interesarle a alguien que no tenga interés por los productos Apple y por la vida en general de Steve Jobs ver una nueva intentona de recrear la historia de este personaje?

Es curioso pero Jobs se ha convertido en un icono tan famoso en las últimas décadas que el cine sigue intentando dar a conocer más la vida de su persona tanto en lo profesional como en lo personal. Primero fue Aston Kutcher quien dio vida a un Jobs que mostraba los inicios en su garage y abordaba ligeramente el tema personal de éste destacando su lado más amable. Si no fuera por la interpretación del propio Kutcher, puede que la cinta se hubiese quedado en algo menos conocida de lo que ya es. Ahora es Michael Fassbender quien se pone en la piel del creador de Apple dejando claro desde la primera secuencia que la imagen que nos están mostrando parece ser la más amarga. Una persona maniática, que siempre quería ser el centro de atención y que luchó por defender sus ideas aunque fueran en contra de lo que opinaba la mayoría de la gente que le rodeaba. Sin embargo, una vez que nos adentramos en la historia, la película va cambiando la imagen de Jobs, reconociendo también la humanidad de alguien con esas cualidades, y dejando entrever la influencia de su hija en sus creaciones a pesar de su constante negación de su paternidad.

steve-jobsMichael Fassbender y Perla Haney-Jardine en la película

La semejanza en ambas películas es clara y es que en la dos se idolatra al personaje a pesar de lo mucho que se ha hablado en los medios de comunicación de la personalidad tan fría de Jobs. Curiosamente, en ambas cintas destacan las actuaciones de sus actores, quienes nos recuerdan físicamente al personaje y hacen rememorar momentos míticos de su carrera gracias a sus buenas interpretaciones. Pero sin embargo, ambas comparten el hecho de ser películas que tampoco destacan por su contenido en sí y que parecen querer recalcar más la humanidad de alguien que llegó tan alto a pesar de lo que sus más allegados y los medios dicen de él.