«Dios los cría y ellos se juntan», dice el refrán. Y no le falta razón. Basándose en la conexión que tuvieron en la vida real Roy Cohn, abogado y fiscal estadounidense conocido por su papel como asesor de McCarthy y por ser un buen manipulador político; y Donald Trump, hijo del empresario inmobiliario Fred Trump quien fundó junto a su madre la compañía Trump Organization que gestiona propiedades y hoteles en todo el mundo y desarrolla proyectos de construcción y bienes inmuebles; The Apprentice. La historia de Trump (Ali Abbasi, 2024) relata el vínculo que tuvieron estos dos hombres y que estuvo basado en las ansias de poder, y en un camino empañado por el juego sucio, la corrupción, el ego y la ambición desmedida.
La película comienza a principio de los años 70 con las declaraciones televisivas de Richard Nixon afirmando que no era un ladrón, y con esas y a ritmo de heavy metal, caminamos junto a un joven Donald Trump que quiere codearse con los multimillonarios de la ciudad de Nueva York, y conoce así a Roy Cohn. Este impasible abogado se convierte en el mentor de Trump y le enseña a un ambicioso millonario cómo convertirse en otro hombre despiadado como él. Un patriotismo desacerbado y el desarrollo de negocios basados en el chantaje con el que otros sucumben a sus peticiones de rebajas fiscales y consiguen así hacerse más ricos todavía, es lo que vemos desde que empiezan a trabajar juntos.
La segunda parte de la cinta se desarrolla en los años 80 con Ronald Reagan en la presidencia, y pasamos de escuchar la música disco de los 70 con Baccara o KC and the Sunshine Band, para cambiar a ritmo de New Order en una década en la que Trump tiene todo un imperio en su cabeza que pretende seguir desarrollando gracias a los consejos que ha aprendido de Roy. Con una buena puesta en escena, un ritmo acertado que también nos lleva a conocer las relaciones de este con su propia familia o con su primera mujer Ivana Marie Zelníčková, así como las acertadas interpretaciones de Sebastian Stan en el papel de Donald Trump y Jeremy Renner en el papel de Roy Cohn; la película humaniza a estos dos hombres sanguinarios y lo hace a través de la relación de poder e interés que les une, en la que se ve claramente la evolución de Donald Trump hacia un hombre que termina caracterizándose por el desprecio, la frivolidad y la grosería de un ego desmedido que no para de crecer gracias a la ayuda de otros.
Estas relaciones de usar y tirar en las que solo importa el poder que me puedas hacer conseguir a mi y el dinero que yo ganaré se sienten demasiado reales, y a través de ellas somos testigos de la transformación que hemos dado como sociedad en temas tan cotidianos y normalizados como la corrupción de nuestros políticos. The Apprentice. La historia de Trump describe la creación de este despiadado hombre que según cuenta, no es lo auténtico que le gustaría y ha construido su personalidad replicando los pensamientos de otra persona, pero ello le ha servido para convertirse dos veces en presidente de los Estados Unidos —y esto también dice mucho de nosotros como sociedad—. La película demuestra que nada sería hoy Donald Trump sin Roy Cohn y su séquito de secuaces seguidores que le rodean y le han permitido llegar hasta donde está.
Descubre más desde Noisy
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.