Parece que el famoso videojuego Tomb Raider necesitaba ser adaptado de nuevo al cine para que las nuevas generaciones conozcan al personaje femenino y las grandes producciones sigan lucrándose con un blockbuster como este. Tomb Raider (Roar Uthaug, 2018) vuelve a llevar la historia de Lara Croft a la gran pantalla pero esta vez relegando a la mítica Angelina Jolie y haciendo protagonista a la actriz Alicia Vikander.

Echando la vista atrás, las dos partes que protagonizó Angelina Jolie en Lara Croft: Tomb Raider (Simon West, 2001) y Lara Croft Tomb Raider: La cuna de la vida (Lara Croft Tomb Raider: The Cradle of Life, Jan de Bont, 2003) fueron dos películas de puro entretenimiento en las que el cine de aventuras quedó más relegado a un segundo plano debido al protagonismo que adquirió la propia Jolie con su personaje. Sin embargo, en esta nueva entrega con Vikander de protagonista, Lara Croft parece ser una mujer más real y más paternalista y a pesar de haberse criado prácticamente sola sin unos padres a su lado, se ha convertido en una mujer inteligente y luchadora que no duda cuando se le plantea la opción de iniciar una aventura con tantos riesgos.

Con una historia convencional llena de aventuras, tensión y acción que mejora las entregas protagonizadas por Jolie, fundamentalmente gracias al sentido del humor que aporta una pequeña colaboración del actor Nick Frost o la ironía que muestra la propia protagonista, en esta entrega de Tomb Raider volvemos a estar ante una cinta de entretenimiento poco encantadora que tiene un personaje femenino muy interesante que tiene demasiado personaje masculino alrededor queriéndole quitar el protagonismo durante todo el metraje.