Llega a Prime Video una serie dirigida por uno de los directores de The Office (Greg Daniels, 2005), la aclamada versión americana de la serie británica que crearon Ricky Gervais y Stephen Merchant en 2001. Upload (Greg Daniels, 2020) relata la historia de una trabajadora de un centro de realidad virtual que desde un escritorio controla las vidas de personas que tras fallecer, han elegido vivir en una realidad virtual. Lo que más sorprende de Upload desde su primer episodio es el buen uso de los efectos especiales que rápidamente nos sitúan en un futuro falsamente perfecto donde viajan aquellos que mueren y pueden permitírselo.

Es indudable la influencia que otras series como The Good Place (Michael Schur, 2016) o Black Mirror (Charlie Brooker, 2011) han tenido en Upload, no sólo por el tema del que tratan sino también por apoyarse tanto en unos buenos efectos especiales que nos hacen creer que esa realidad virtual descrita en la serie es posible que suceda en la vida real. El mayor error que puede tener la serie de Daniels es la representación de sus personajes. En sus primeros episodios se presentan dos tipos de personas que se diferencian entre los buenos y simpáticos por un lado frente a los crueles y despreciables por el otro. Afortunadamente, la serie va evolucionando en su trama y con ella también se desarrolla la personalidad de sus personajes, alejándose de esos extremos tan utilizados en el cine y las series.

Upload nos descubre a la nueva actriz Andy Allo que ayudándose de su rostro se convierte en la protagonista de la serie, acompañada al mismo nivel del personaje masculino que interpreta el actor Robbie Amell, a quien ya vimos en las nuevas entregas de la serie Expediente X (Chris Carter, 1993) pero del que tampoco conocemos tanto —quizás porque su atractivo físico ha evitado que consiguiera papeles más destacados—. En cualquier caso, lo que de verdad sorprende de Upload es la facilidad con la que el espectador puede visionar los diez episodios de su primera temporada, la cual aporta entretenimiento y deja una interesante reflexión sobre el futuro y el valor de las vidas, poniendo siempre el capitalismo del siglo XXI como uno de los grandes males de nuestra sociedad.