Son curiosas las fechas elegidas para los estrenos de cada una de las temporadas. La primera temporada se estrenó en pleno confinamiento cuando la población era llamada a quedarse en sus casas mientras la serie nos mostraba la variedad de ocio de la capital madrileña. Esta segunda temporada lo ha hecho en el mes de agosto del año siguiente cuando la situación no es la misma del 2020 pero el ocio sigue sin ser el que transmite la serie y por ello, da cierta envidia ver como estas amigas se van de cañas, salen de noche a una discoteca o hacen una vida que lejos queda de la que tenemos ahora. Valeria (María López Castaño, 2020) regresa con una segunda temporada que mucho se parece a lo que ya vimos en su primera —leer reseña pinchando aquí—.

De nuevo, lo mejor de la serie siguen siendo sus escenarios. No solo la localización mostrando un Madrid de película sino también los lugares en los que ellas se mueven. La decoración de las casas de las protagonistas que son una mezcla vintage y moderna pero que son pisos generalmente amplios no disponibles para todas las personas en Madrid así como las oficinas donde trabajan que también muestran una combinación de colores y escenografía que las hacen ser perfectas. Asimismo, la puesta en escena de la serie vuelve a repetir unas introducciones de episodios bastante llamativas, actuales y atractivas acordes con la época que vivimos y a ello se le suma una banda sonora con artistas como Rigoberta Bandini, Bomba Estéreo, Carlos Sadness o Asaf Avidan & The Mojos que completan la presentación de las vidas de estas mujeres.

Y también de nuevo, lo menos destacado son las historias de las cuatro amigas que están repletas de temas sin lógica alguna como es el problema monetario de la propia protagonista o la cantidad de mentiras que es capaz de decir Valeria y que como consecuencia, complican su vida constantemente. Aunque la mayor parte de sus ochos episodios se definen por las conversaciones entre ellas en materia de hombres o relaciones sexuales, otros temas de mayor interés son relegados a un segundo plano como lo son el machismo, las diferencias de clase, la salida al mercado laboral, los cambios en nuestras vidas o la importancia que le damos a lo que otros piensan. Valeria con su segunda temporada vuelve a ser un entretenimiento visual mucho más atractivo que las historias que se cuentan en la serie.