Lejos queda la Diana Prince que conocimos en Wonder Woman (Patty Jenkins, 2017) de la que vemos en Wonder Woman 1984 (Patty Jenkins, 2020). A pesar de ser la misma directora la que ha llevado de nuevo a la gran pantalla este personaje de cómic, el retroceso que ha dado esta superheroína en esta nueva secuela es contrario al cambio de época con la que ha avanzado en la historia. Asentada en los años 80 (una década que gusta mucho en el cine y en las series), Diana Prince tiene un trabajo estable y una vida solitaria con la que parece no estar especialmente feliz. Pronto una nueva compañera de trabajo y una piedra antigua le llevarán a un caso complicado con el que luchar de nuevo por salvar una sociedad que vuelve a enfrentarse al caos.

Con un arranque excepcional repleto de acción y que nos hace pensar que la película va a llevar un rumbo que finalmente no es el elegido, Wonder Woman 1984 se centra en presentar a una protagonista que siempre va perfecta y que por ello puede convertirse en el deseo de muchas chicas, pero quien realmente no está contenta con la vida que lleva. El empeño de demostrar esa perfección lo vemos con una protagonista perfectamente maquillada, peinada y vestida en cada secuencia (incluso en momentos en los que ella sobrevuela el mundo) y con una co-protagonista como Barbara Minerva que siendo una mujer inteligente y con un trabajo con el que poner en práctica todas las áreas que domina, su mayor deseo es el de convertirse en Diana Prince. 

Una imagen de la actriz Gal Gaddot en la secuela Wonder Woman 1984

La trama principal de esta secuela posee una moraleja final que no es mala pero que, se nubla por el mensaje que se ha querido dar durante todo el metraje y ese consejo final no salva una película que parece retroceder a una mentalidad mucho más antigua que la que ya había en los años 80. Wonder Woman 1984 tiene una historia de bajo calibre para una superproducción de Hollywood en la que sus escenas de acción no palían el resto de su composición y que no la hace entretener como debería, dejándola muy lejos de su predecesora que sí que tenía un sugerente mensaje y una heroína que mostraba unos valores que se completaban con una cinta de ciencia ficción y superhéroes que merecía la pena ver.