¿Qué esperamos encontrar cuando vemos un documental como este? ¿Entender por qué una persona puede haber mentido durante tantos años? La mentira de Lance Armstrong (The Armstrong Lie, Alex Gibney, 2013) es un documental que relata la trayectoria profesional del ciclista tejano desde sus inicios en el ciclismo, y que se centra principalmente en el tema que más controversia y notoriedad le ha dado al ciclista. El ganador de siete tours de Francia se convirtió en ídolo de miles de fans desde su primera victoria en la competición de 1999, y tras muchos años de acusaciones por parte de sus propios compañeros o conocidos que lo revelaron ante los medios de comunicación al tiempo que este lo negaba, en 2013 el ciclista terminó confesando que se había dopado y la polémica sigue estando aún presente.

El director Alex Gibney llevaba tiempo grabando a Armstrong para el reportaje con el que pretendía retratar al héroe del ciclismo cuando se vio obligado a cambiar el tema años después debido al escándalo por el que finalmente Armstrong terminó confirmando su error. Gibney es también el narrador de este documental y se cuestiona en él las decisiones de Armstrong de volver a competir profesionalmente tras su retirada y las mentiras que este se inventó durante todos estos años. Con un toque crítico pero también dramático, vemos cómo los medios de comunicación han sido quienes han convertido esta historia en una noticia sensacionalista que ha ocupado cientos de reportajes, talk shows y noticiarios durante estos años y que le ha dado más protagonismo del que ya tenía al propio ciclista.

En La mentira de Lance Armstrong se entrevista tanto al propio Armstrong como a compañeros de carrera y periodistas que aportan más escabrosidad a la historia como ya sucedió con la entrevista que grabó Oprah en la que el propio Armstrong confesaba haber tomado EPO, testosterona o haberse hecho transfusiones de sangre durante las competiciones. Quizás la suerte de Armstrong sea vivir en una época en la que este tipo de historias tienden a subestimar más a la víctima y hacen que este pueda seguir lucrándose a pesar de los hechos por los que ha conseguido llegar a hacerse popular, y quizás también por ello se esté aprovechando Gibney con esta producción, sabiendo que al público le atrae ver el morbo que ha creado una de las historias más deshonrosas del mundo del ciclismo.