La filmografía del director Richard Linklater está llena de cortometrajes y películas caracterizadas sobre todo por tener mucho de cine independiente y se han convertido en películas de culto gracias a la forma en la que el director mira a la realidad, la vida y los problemas. Desde la maravillosa trilogía Antes del amanecer (Before Sunset, 1996), pasando por la excelente Boyhood (2014), la deliciosa Todos queremos algo (Everybody wants some!!, 2016), o la entretenida Dónde estás, Bernadette (Where’d ya go, Bernadette, 2019), el cine de Richard Linklater sabe representar toda una serie de sentimientos que el ser humano experimenta a lo largo de su vida y sabe hacerlo reflexionando y encuadrándolo a la perfección en sus películas. Con Apolo 10 1/2: una infancia espacial (Apollo 10½: A Space Age Adventure, 2022) nos adentra en el mundo de la animación con una historia inspirada en su propia infancia y ambientada en el contexto de la misión lunar Apolo que tuvo lugar en 1969.

Mezclando realidad y ficción, el largometraje nos contagia de la nostalgia del director de esos años vividos de niño y nos sitúa rápidamente en Houston a finales de los años 60, acercándonos al sentimiento americano de la época y concretamente, a la vida y a la forma de ver la vida de su familia. La originalidad de su presentación con unas primeras secuencias llenas de colorido o la figura del narrador que nos habla directamente ayudan a que el espectador entre en la historia y disfrute de ella. Su fabulosa banda sonora con artistas como Donovan, Jeff Beck, The Marketts, Booker T. & The M.G.’s, Creedence Clearwater Revival, Canned Heat, the 5th Dimension, The Barkays, The Byrds o The Monkees entre otros muchos hacen todavía más especial la película, situándote mejor en los sonidos de esa época y haciéndonos disfrutar de la grandiosa música que compone la cinta.

La influencia de la NASA durante esos años y cómo la novedad de los viajes a la luna tocaron de lleno a gran parte de la población en la década de los años 60 en Houston se vive en la cinta y comprobamos así que no solo caló en los adultos que llegaron a trabajar para la NASA en aquellos años, sino también a los niños que soñaron con un futuro gracias a todo lo que estaban viendo y viviendo. Linklater vuelve a crear un largometraje emocionante que en este caso, consigue hacernos viajar con una aventura espacial de animación hacia la nostalgia de su niñez, para hacernos ver cómo ha cambiado el ser humano en estos cincuenta años y comprobar la belleza que hay dentro de los sueños y la magia.