Es curioso que muchos descubran ahora al actor Casey Affleck, quien comenzó siendo el secundario de películas conocidas como El Indomable Will Hunting (Good Will Hunting, Gus Van Sant, 1997) o la saga Ocean’s Eleven (Steven Soderbergh, 2001), pero que también protagonizó películas en las que demostró ser capaz de interpretar espléndidos personajes como la primera cinta que dirigió su hermano Ben Aflleck, Adiós pequeña, adiós (Gone Baby Gone, 2007) o el drama En un lugar sin ley (Ain’t Them Bodies Saints, David Lowery, 2013). Ahora, Casey Aflleck vuelve a interpretar un papel dramático con una película representativa del cine independiente americano en Manchester frente al mar (Kenneth Lonergan, 2016), un largometraje en el que su personaje es quien lleva toda la carga principal de la trama que una de dos, nos puede hacer empatizar con la tristeza que sufre el protagonista o por el contrario, puede llegar a saturarnos debido a la profunda carga dramática y la calma con la que se cuenta la historia.

Lee Chandler —interpretado por Casey Affleck— es un hombre solitario, poco sociable y tremendamente paciente que vive una vida rutinaria y aburrida como encargado de mantenimiento en Boston hasta que un hecho dramático le hace tener que volver a su ciudad natal, en la que tendrá que lidiar con su trágico pasado. Manchester frente al mar utiliza la ciudad de Manchester —la más grande del estado de New Hampshire en Estados Unidos— para separar las secuencias y los recuerdos pasados de Lee con la vida actual del protagonista. De esta forma, Manchester es también protagonista en cierta manera, mostrando una tranquilidad y apacibilidad que va acorde con la vida del protagonista. El filme cuenta una historia desgraciada que está maravillosamente relatada gracias a interpretaciones como las de la actriz Michelle Williams o la del propio Affleck, y que ahondan en lo rápido que una decisión puede cambiarte la vida.