Tras la deliciosa Once (John Carney, 2007) y la sugerente Begin Again (John Carney, 2013), el director John Carney relata en Sing Street (2016) la historia de un joven irlandés al que sus padres cambian de la escuela privada a la pública en el Dublín de los años 80 y su vida da un cambio radical por el bullying que sufre al ser el nuevo estudiante en un ambiente de hijos de padres con problemas y un director sin disciplina para enseñar a los jóvenes.

Los recesión económica de Irlanda se plasma en esta historia con unos padres con problemas económicos y personales que tienen tres hijos y ven como su situación personal cambia como consecuencia entre otras cosas, del problema que vive el país. Sing Street tiene como protagonista a un joven que encuentra en la música su refugio gracias a la inspiración de una chica que conoce a las puertas del instituto. La formación de una banda de jóvenes estudiantes que crean un sonido futurista basado en grupos como Duran Duran, Depeche Mode o The Cure resalta la creatividad de los chicos —especialmente la de dos de ellos que son quienes crean el sonido y la letra—.

Un toque de humor pero también de realismo lo ofrece la presencia del hermano mayor del protagonista quien recuerda al personaje que interpretó Philip Seymour Hoffman en Casi famosos (Almost Famous, Cameron Crowe, 1999) con una fuerte base de conocimiento musical y la ironía en sus reflexiones. Sing Street ha sido una sorpresa maravillosa que sin esperarlo ha superado a las anteriores películas del director con esta historia sobre la lucha por nuestros sueños con los baches e impedimentos que se encuentran por el camino, que tiene al frente a un protagonista heroico en una historia nostálgica extraordinaria.