En 1994 una serie que revolucionaría la historia de la televisión se estrenaba contando en tono de humor las vidas de seis amigos en Nueva York. Friends (Marta Kauffman & David Crane) se convirtió en todo un fenómeno que estuvo en antena diez años y acaba de tener una reunión del elenco principal millonaria a modo de documental este mismo año. Jack & Jill (Randi Mayem Singer) fue otra serie —aunque menos existosa— que se estrenó en 1999 con otro grupo de seis amigos bastante atractivos que narraba sus vidas e inquietudes. En 2007 dos jóvenes doctores en física, su vecina y unos amigos volvían a hacer del humor y la amistad una combinación explosiva en The Big Bang Theory (Chuck Lorre & Bill Prady). Y repitiendo esta fórmula exitosa que hemos visto en tantas series, Amigos de la universidad (Francesca Delbanco & Nicholas Stoller, Friends from college, 2017) vuelve a utilizar esta combinación con seis amigos de la universidad que se reúnen en Nueva York en su vida adulta y narra sus dramas con un toque de humor negro constante.

Tres mujeres y tres hombres que viven en su mayoría una situación adinerada privilegiada vuelven a reunirse en Nueva York cuando una de las parejas regresa a la ciudad en la que se inició su amistad. La juventud vuelve a aparecer cada vez que se juntan y sus encuentros darán pie a situaciones de lo más alocadas. Un cartel de caras y cuerpos bonitos con historias repletas de mentiras y falsedades y sobre todo, la comedia de lo absurdo que se narra en cada episodio es lo que consigue que sigamos frente al televisor durante las dos temporadas.

La elección musical aporta cierto descanso para la reflexión sobre los dramas y decisiones a los que se enfrentan los personajes y crean así una estupenda banda sonora con grupos como The Sundays, Buddy Rich, The Breeders o Cornershop. Un buen ritmo para unos episodios de poca duración dejan así una primera temporada en la que se presenta a sus personajes y los líos de sus protagonistas, y una segunda temporada en la que el desarrollo de sus historias decae en buena medida por el aumento de surrealismo pero sin embargo, el personaje interpretado por Fred Savage le quita el puesto de gracioso al del actor Keegan-Michael Key que reinaba en su primera temporada y así despide su octavo capítulo con un épico episodio de humor.