Heridas abiertas es la primera novela de la escritora y periodista americana Gillian Flynn, quien se hizo famosa tras su primera publicación pero logró todavía mayor visibilidad con la publicación de su tercera novela Perdida (Gone Girl), que fue protagonizada por Rosemund Pike y Ben Affleck en el cine. La adaptación de la novela Heridas abiertas (Sharp Objects, Marti Noxon, 2018) en formato miniserie de televisión narra la historia de una periodista que debe volver a su ciudad natal para documentarse y escribir sobre la historia de dos niñas recientemente secuestradas de las que se ha hallado el cuerpo sin vida de una de ellas.
La serie indaga desde el comienzo en el pasado de la protagonista con flashbacks de su vida pasada creando dos historias de suspense cargadas de incertidumbre y tensión. Amy Adams es la actriz protagonista y junto a ella iniciaremos una investigación profunda de su propia vida y descubriremos los dramas que siempre la han acompañado y que han hecho que sea una mujer que se refugia en el alcohol y en las canciones de Led Zeppelin para evadirse de la realidad.
Una imagen de la serie con la actriz Amy Adams en primer plano
El poder de los personajes femeninos es mayor en Heridas abiertas —no sólo con el de la propia Adams sino también en los interpretados por las actrices Patricia Clarkson, Eliza Scanlen, Madison Davenport o Elizabeth Perkins—, todas ellas mujeres que han sido cómplices o sufren directamente un tipo de desorden que las hace ser más vulnerables pero también más activas y fuertes. Con roles heroicos y anti-heroicos, pronto nos adentramos en la oscuridad del relato y si el espectador sabe ser paciente, la lentitud con la que se desvela la historia nos hará ir descendiendo hacia un thriller dramático cargado de suspense —también un tanto agónico— con el que seguramente nos impacientemos por querer llegar al final para terminar esta serie que nos sorprenderá gratamente con su estremecedor último capítulo.
Nota: 8/10
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