La segunda temporada de la serie dirigida por Sam Esmail nos muestra una etapa más oscura en la vida de Elliot, en la que el protagonista debe enfrentarse a una lucha personal consigo mismo tras descubrir quién es Mr. Robot. Los personajes secundarios que le acompañan adquieren más relevancia ahora y contribuyen a producir la intriga y tensión que ya vimos en su primera temporada. Sin embargo, la mente de Elliot es en gran parte la mayor protagonista, haciendo que su trama sufra unos altibajos que pueden llegar a decepcionar al espectador.

Una imagen de la segunda temporada de Mr. Robot

De nuevo y quizás más de forma más acentuada, esta temporada comienza por todo lo alto en sus primeros capítulos, bajando a gran velocidad la calidad de sus episodios debido a la oscuridad en la que se adentra la historia, la cual se centra prácticamente en los problemas psicológicos del protagonista y en esa oscuridad que le rodea. El problema de esta temporada reside en que no vuelve a aumentar su calidad hasta los últimos capítulos, en los que deja a un lado el problema de identidad de Elliot para volver a enfatizar el interesante thriller que ya vimos en su estreno en 2015 y la denuncia social contra ese poder y esa falta de privacidad que vivimos actualmente en la realidad fuera de la serie.

Nota: 6/10