Es curioso pero a veces una serie puede mejor a la película que la precede, incluso cuando esta es producida por el mismo director que dirigió la primera obra. El director Steven Soderbergh se atrevió en 2009 a mostrarnos la vida de una prostituta de lujo en The girlfriend experience, siguiendo al personaje protagonista femenino que cada noche ganaba miles de dólares en pocas horas de trabajo y a su vez, mantenía una relación estable con su pareja que llevaba una vida mucho más humilde que ella. Lo que causó mayor revuelo entonces fue que una actriz porno en la vida real fuera quien daba vida a la joven prostituta de Nueva York. Sin embargo, el largometraje tuvo más repercusión porque después de la dirección de largometrajes como Ocean’s Eleven: Hagan juego (2001) o Sexo, mentiras y cintas de vídeo (Sex, Lies and Videotapes, 1989), el director tuvo un bajón en su trayectoria profesional.

La diferencia entre la serie The girlfriend experience (Amy Seimetz & Lodge Kerrigan, 2016) y la película difiere sobre todo en la interpretación de sus actrices. Aunque nadie duda de que la actriz Sasha Grey conozca ese mundo mejor que lo podría conocer la actriz de la serie, la interpretación de Grey en la cinta es menos creíble e incluso menos interesante que la que nos presentan en la serie. La actriz Riley Keough es la protagonista de la serie en la que da vida a una joven de dieciocho años que estando perdida en una ciudad tan grande como Chicago y encontrándose bastante sola en su rutina diaria, decide adentrarse en el mundo de la prostitución de lujo mientras estudia la carrera de derecho y trabaja en sus horas libres en un bufete.

A lo largo de cada episodio, a pesar de la lentitud que tiende a haber en su evolución, vamos viendo cómo la joven va adentrándose en territorios completamente nuevos para ella, haciendo que se vaya conociendo más a sí misma a la vez que descubre una nueva forma de ganarse la vida. The Girlfriend Experience nos muestra dos mundos que en principio la mayoría de nosotros no estamos acostumbrados a ver y mucho menos a conocer desde dentro: el mundo de la prostitución de lujo y el mundo de la abogacía. Y sin ser una gran serie, nos hará darnos cuenta de lo que influye la soledad y la sociedad en la que nos movemos a diario para la dirección y rumbo que dan nuestras vidas.