Matthew McCounaghey y Woody Harrelson son los protagonistas de un drama policíaco en el que dos detectives investigan un tenebroso caso tras encontrar el cuerpo de una niña cuyo asesino les ha dejado una serie de pistas que tendrán que analizar para resolver un aparentemente complicado caso. En dos líneas de tiempo paralelas en las que presente y pasado se entremezclan para darnos a conocer las vidas de ambos detectives por separado y el caso que tuvieron que investigar juntos, nos presenta así la serie de HBO a dos hombres con personalidades opuestas que protagonizan algún que otro momento cómico a pesar de llevar unas vidas demasiado dramáticas.

El éxito de la primera temporada compuesta por ocho episodios que alargaron un caso que cualquier serie policíaca como CSI, Caso Abierto o Mentes Criminales hubiese resuelto en un capitulo, hizo que la cadena decidiera poner a dos nuevos actores para su segunda temporada y que ya estén pensando en una tercera. Algunos achacan este éxito a las interpretaciones de sus actores principales —basándose lamentablemente en la teoría de que es el primer trabajo serio de McCounaghey— mientras que otros atribuyen el mérito a la fotografía y dirección de este thriller. En cualquier caso, es curioso que una serie con un tema tan exprimido y repetido en la televisión en las últimas décadas sea tan alabado aquí cuando es una historia terriblemente lenta en donde el drama de ambos personajes es más protagonista que el pesado caso que investigan.

Matthew McCounaghey y Woody Harrelson en una secuencia de la serie

La primera temporada de True Detective se fundamenta en bases tradicionales en las que se resalta el drama de dos hombres cuyas vidas se centran en el alcohol, el trabajo, las mujeres y la tragedia que les produce la vida que llevan. El papel de la mujer se representa a lo largo de la serie en el de víctima, prostituta o madre de familia sufrida. La relación de los protagonistas produce momentos de risa debido a sus continuas diferencias y a sus peculiares personalidades —en las que McCounaghey se lleva el premio debido al hilo de oscuridad que rodea a su personaje—. En definitiva, una historia lenta y aburrida que los medios de comunicación han sabido resaltar y que los espectadores han seguido alabando, colocando a la serie en una posición que no merece, ya que McCounaghey no necesita un personaje que roza el infierno en su vida para demostrar su valía, y la buena fotografía o su estupenda introducción no son suficientes para un guión latoso que repite un tema repetitivo y cargante.

Nota: 4/10