En el documental Citizenfour (2014), la directora Laura Poitras nos mostraba los encuentros que ella y unos periodistas mantenían en Hong Kong con el hasta entonces desconocido Edward Snowden. Citizenfour se centraba prácticamente en lo sucedido en esa habitación de Hong Kong y se ayudaba de noticias y hechos que acompañaban a la historia para contextualizarla. Ahora, el director de cine Oliver Stone nos presenta el largometraje Snowden (2016) que pretende ayudarnos a conocer a la persona y no al personaje que los medios de comunicación han creado. Stone nos muestra la historia de un ciudadano americano que quiere servir a su país y se alista en el ejército hasta que su físico se lo impide y decide entrar a formar parte de la CIA. La cinta nos enseña los cambios de localización y de proyectos en los que trabaja desde su entrada en la CIA así como la relación personal que mantiene con su actual pareja, quien será su único vínculo humano cuando comienza a descubrir los secretos que el gobierno está ocultando a sus ciudadanos.

Con una interpretación impecable del actor Joseph Gordon Lewitt en el papel de Edward Snowden en el que no solo el rostro sino también su cambio de voz hacen que sea inevitable no ver al propio Snowden que llevamos años escuchando en los medios de comunicación, y aunque este largometraje biográfico vuelve a mostrar parte de esa crucial entrevista en Hong Kong con los periodistas ya relatada en Citizenfour que podía haberse simplificado, es interesante ver el largometraje para conocer más al ser humano que teniendo una vida francamente envidiable decide cambiarla desentrañando un secreto al mundo entero que debería avergonzar y escandalizar a cada ciudadano, y sin embargo, no solo no ha conseguido que se castigue o frene estas prácticas ilegales sino que, la única persona que ha dado la cara y ha sacado a la luz la nula privacidad que tenemos los seres humanos, ha tenido que huir de su país por ser considerado un criminal.