El éxito de sus dos anteriores temporadas en Netflix ha hecho que regrese de nuevo la serie noruega Navidad en casa. Johanne tiene ahora treinta y seis años, y vuelve a estar soltera. La presión con la llegada de la navidad no es tanta esta vez para encontrar una pareja para contentar a su familia, sino la necesidad de celebrar Nochebuena en su casa cuando su cocina se estropea unas semanas antes de las fiestas. Una misma estructura en cuanto a cómo se cuenta la historia en una temporada más larga que sus anteriores.
Repetición de fórmulas y tono narrativo
Navidad en casa mezcla esta vez flashbacks al pasado de la protagonista para contarnos qué pasó con su anterior pareja. Sin embargo, la serie repite los mismos temas de sus temporadas predecesoras para describir la situación actual de la protagonista. En esta ocasión ella está como al comienzo de la serie, aunque ya no comparte piso con su mejor amiga. La nieve, los puestos navideños y las luces son el entorno que, de nuevo, enmarca las citas de la protagonista, así como los momentos en el trabajo o personales.
Con una paleta de colores vistosos que llaman la atención y ayudan a crear el ambiente navideño que prolifera en estas fechas, lo mejor de toda la serie es el personaje de Ida Elise Broche. La humanidad que derrocha, la ilusión por todo lo que hace y lo claro que tiene sus valores y respeta son su esencia. Los primeros planos a la actriz y a esos jerséis navideños o pijama de renos que son ya parte de su personaje enmarcan la estética. Johanne es una joven que quiere mantener a su familia unida y no duda en dejar a un lado sus planes para ayudar y satisfacer al resto.
Los estereotipos que el relato no cuestiona
La serie recae en muchos estereotipos que el audiovisual sigue usando para reforzar estructuras caducas en nuestra sociedad. Algunas de ellas son el abuso del alcohol como símbolo de disfrute, hacer creer que un mujer necesita un hombre para ser feliz, o el paternalismo y la mirada de las mujeres a los hombres cuando están con niños. También soluciona rápidamente temas más complejos de lo que realmente son como el reparto desigual de tareas entre las parejas y el peso que carga cada una de ellas.
Dejando estos temas a un lado, la serie vuelve a ser un entretenimiento asegurado para estas navidades. Aunque la tercera temporada de Navidad en casa cae en el drama y el aguante excesivo de la protagonista, la empatía y los valores humanistas que ofrece con la familia, la amistad y el amor por encima de todo vuelven a hacerla un producto fácil y entretenido de consumir. Y la actriz Ida Elise Broche sigue siendo la estrella en este papel del que será difícil que llegue a desprenderse.
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