Basada en la novela de Karen Blixen y ganadora y nominada a múltiples premios, El festín de Babette (Babettes gæstebud, Gabriel Axel, 1987) nos hace viajar hasta finales del siglo XIX a la casa de dos hermanas que, siendo ahora ancianas, recuerdan lo que ha sido el transcurso de su vida desde que eran jóvenes. Con una educación católica y estricta basada en la contención y en los rezos, ambas hermanas viven una vida humilde juntas tras la pérdida de su padre, siguiendo el camino que su patriarca les ha enseñado. Sin embargo, la llegada de una mujer francesa que acaba de perder todo en su país, les hará darse cuenta de que la vida también puede llegar a disfrutarse.
Bien relatada y a su vez entretenida, esta cinta danesa fluye en todo momento y deja que el espectador se adentre y llegue a encontrar el encanto que tienen estas tres mujeres protagonistas, pese a las vidas tan austeras y humildes que tienen. Con un mensaje religioso que llevándolo a la práctica consigue castigar a quienes creen en él, para que sigan una vida basada en la prudencia que les lleva a rechazar la felicidad en esta vida para así conseguir el perdón en la otra vida, la negación del disfrute les lleva a solamente socializar con otros que piensan como ellos y así, rezar sus oraciones cuando se reúnen. Sin embargo, cuando la mujer francesa recibe una inesperada sorpresa en su vida, un acto de generosidad le llevará a agradecer a estas dos mujeres que le han ayudado a seguir viviendo.
Con una historia sencilla que rápidamente nos adentra en el relato para después llevarnos a centrarnos en la relación de estas tres mujeres, y en la bondad que derrochan entre ellas; El festín de Babette muestra un mensaje que aunque el espectador no llegue a compartir, sí que conseguirá comprender. Fe, puritanismo y sacrificio basado en unas creencias que les llevarán a renunciar al amor y a unas vidas totalmente distintas a las que podían llegar a tener, pero que han sido una elección personal de cada una de ellas. Brillantes actuaciones las de sus tres protagonistas encarnadas por las actrices Stéphane Audran, Brigitte Federspiel y Lisbeth Movin, en esta película estrenada a finales del siglo XX en la que la comida será el festín de todo un cuento sobre la amistad y los buenos actos.
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