Cuando comienzas a ver En el bosque (Into the Forest, Patricia Rozema, 2016) no sabes muy bien qué te vas a encontrar y qué esperar de ella. Ese sentimiento permanece durante prácticamente toda la cinta y  no sabes el rumbo que la historia va a tomar y qué es lo que la directora quiere hacernos ver. La cinta nos cuenta la historia de un padre que vive junto a sus dos hijas en una moderna casa acondicionada con todos los lujos que la tecnología de hoy en día ofrece y que está situada en medio de un inmenso bosque del que ellos parecen ser los únicos seres humanos que habitan en él. Todo cambia cuando la electricidad desaparece en la tierra y se observa la clara dependencia a la energía que el hombre ha adquirido en estas últimas décadas.

El filme nos muestra la historia de estas dos hermanas que son el reflejo del caos y el apocalipsis que sufre el mundo cuando una necesidad tan básica deja de funcionar. La cámara tiende a enfocar planos detallados de las actrices que nos harán distinguir los continuos silencios con los que viven, el miedo de un lugar tan vacío y oscuro como el bosque, la soledad en la casa o el pánico que podemos sentir ante otros seres humanos. La mezcla de colores nítidos y las diversas canciones que se reproducen y que son la narración de algunas secuencias son algunas de las características de esta cinta canadiense. Uno de los fuertes son las magníficas interpretaciones de sus actrices protagonistas. Ellen Page y sobre todo, Evan Rachel Wood hacen que algunas escenas sean especialmente desgarradoras gracias a la entrega de ambas en sus papeles. Sin embargo, la combinación de tantos géneros cinematográficos que parecen querer tener lugar en el largometraje junto con una historia que no parece tener muy claro qué es lo que quiere decirnos harán que terminemos bastante desubicados.


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