Las traducciones de los títulos de cine extranjero al español no sólo pueden ser un desastre sino que además pueden provocar que podamos confundir la película a la que nos referimos. Es el caso de La boda de mi mejor amiga (Bridesmaids, Paul Feig, 2011) y no la que podríamos pensar en un primer momento, con Julia Roberts de protagonista, simplemente por la diferencia de una vocal en el título. Ambas tienen una boda y el tema de la amistad en su historia pero es en la película de Paul Feig donde no destaca tanto el romance del relato como la comedia que rodea a este durante todo su metraje.

El director Paul Feig, que poco después volvió a realizar otra recomendable comedia con Sandra Bullock y Melissa McCarthy como dúo protagonista en Cuerpos Especiales (The Heat, 2013), nos presentó un par de años antes la historia de una mujer cuya mejor amiga la nombraba dama de honor y como novata en el puesto, se esforzaba en intentar complacer a su amiga en lo que estaba en su mano. Lo que en un principio puede ser un tema que no atrae a una gran cantidad de público, pronto se convierte en entretenimiento y humor gracias al conjunto que conforma su reparto, pero muy especialmente a su protagonista, la actriz Kristen Wiig que consigue adentrarnos en su historia y que las dos horas que dura la cinta pudieran haberse doblado con el mismo resultado.

Una imagen de La boda de mi mejor amiga con algunas de sus protagonistas

La producción del también director Judd Apatow en este largometraje [que nos recuerda la necesidad de recomendar otra gran comedia protagonizada esta vez por Amy Schumer en Y de repente tú (Trainwreck, 2015)], es otro de los ingredientes que logra que esa mezcla de ironía que critica la hipocresía o la carga de importancia que damos a la apariencia se una a una historia realista que se ayuda de alguna recaída de humor acudiendo a los estereotipos y que se sostiene con unos excepcionales diálogos que han sido coescritos por dos de sus actrices principales Kristen Wiig y Annie Mumolo. La boda de mi mejor amiga es por tanto una estupenda comedia con la que su protagonista intenta alejarse del prototipo de personaje femenino principal y que catapulta a Kristen Wiig como una de las grandes cómicas que muchas veces se nos olvida citar.

Nota: 8-9/10