Sala de profesores (Das Lehrerzimmer, Ilker Çatak, 2023) es un filme que recuerda mucho a la película húngara La profesora de literatura (Elfogy a levego, Katalin Moldovai, 2023)—leer reseña pinchando aquí—. En ambos largometrajes, las protagonistas son dos jóvenes profesoras que se encuentran en medio de un dilema moral en el que los comportamientos de las personas que trabajan a su alrededor en un colegio son decisivos para cómo ellas se enfrentan al problema, y cómo termina complicándose todo y enmarañándose más pese a los esfuerzos de ambas. En esta película alemana concretamente, una profesora se ve en medio de un enfrentamiento entre profesores, padres y alumnos que complica el día a día en el colegio debido a que están teniendo lugar robos frecuentes en el centro y la convivencia entre todos se ve alterada por este hecho.
La incomodidad de la situación que viven vuelve a estar presente, como lo estuvo en la película húngara, y de nuevo, saca a relucir —y cuestionar— los mecanismos que utiliza la dirección y el profesorado de un colegio para paliar la necesidad de atrapar a ese ladrón o ladrona que está robando en el colegio. Y con ello, el largometraje critica un sistema en el que los adultos no parecen tener disciplina, pensamiento propio, sentido común y la profesionalidad que requiere su puesto de trabajo. Los adultos vuelven a demostrar que no saben atajar bien un problema, y tampoco parecen tener unas directrices concretas razonables que les lleven a seguir unas pautas que impidan que todo salte por los aires.
Pese a que la tensión va subiendo conforme se desarrolla la cinta creando este thriller de intriga que también va en aumento, y aunque la actriz Leonie Benesch borda su papel principal, el sentimiento final al terminarla es amargo ya que su desenlace no termina de convencer, y la moraleja de la historia parece querer ser el simple hecho de que a los adultos nos faltan principios y valores para saber afrontar un problema como el que se plantea aquí. Al igual que le sucede al personaje protagonista, tanto en el filme como en la sociedad que constituimos entre todos, parece que nos hacen sentir a menudo que estamos perdidos en medio de un montón de gente que prefiere mantener el silencio, prohibir o censurar un tema; y no sabe sentarse, hablar y afrontar un problema de cara.
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