Filmin acaba de estrenar las obras maestras de Warner y es una buena oportunidad para ver o revisar el cine que se considera de culto hoy en día. Entre todas ellas se encuentra Casablanca (Michael Curtiz, 1942). Un filme que se sitúa en los años 40 para narrar el momento de posguerra que se vivía en Casablanca. Una ciudad a la que llegaban huyendo del nazismo personas de todos los países y que, como se nos indica al inicio de la cinta, era fácil llegar pero no salir de allí.
Con esta premisa conocemos el bar de Rick, al que ya nos introducen por su buena fama de acoger a todo tipo de personas. Y poco después conocemos al propio Rick, interpretado por Humphrey Bogart, en el papel de un hombre del momento que dice no casarse con nadie de los distintos grupos de personas que se reúnen en su bar. Pronto vemos el trato que le da el protagonista a la primera mujer que aparece en escena. A ella le niega seguir bebiendo, le pide un taxi y le agarra del brazo para sacarla del bar.
La música y el mito romántico que sostienen la película
El sonido de la mítica canción ‘As time goes by’ que caracteriza Casablanca e interpreta el personaje de Sam al que da vida Dooley Wilson, se repite a lo largo de toda la cinta. Tanto tocada por él al piano como en música clásica de fondo. Esto permite idealizar una historia de amor que tuvo lugar en el pasado, pero que aunque no terminó bien, parece que vuelve a resurgir cuando aparece Ilsa, a la que interpreta Ingrid Bergman.
Casablanca es un buen ejemplo de la diferencia de edad tan evidente que lleva mostrando el cine a lo largo de los años en sus parejas protagonistas. Y que, por desgracia, parece que se mantiene la costumbre hasta el día de hoy. En este caso, el romance traspasó la ficción y les llevó a ser pareja también fuera de los escenarios. Bogart le sacaba 16 años de edad a Bergman. Cuando la conoció, él estaba en su tercer matrimonio y ella era una veinteañera. Y esa diferencia de edad es evidente en esta película.
Las dinámicas de poder y el rol de las mujeres
Además de la edad, el trato que se le da a los dos únicos personajes femeninos en el filme refleja bien eso de lo que, más de 80 años después seguimos intentando desprendernos sin suerte. A él se le describe como un hombre piadoso y bueno, cuando realmente es un hombre autoritario, egoísta y machista. Ellas no tienen voz ni opinión ni decisión, y son simplemente cuerpo e imagen. Objetos usados por ellos a su antojo como se aprecia claramente en esta historia.
Lo mejor que tiene Casablanca es esa descripción de la situación posguerra que sufría una gran parte de la población, mientras otros se aprovechaban de ella por sus puestos de poder. El negocio del mercado negro y las torturas o asesinatos que se cometían se desarrollan en el drama que posee la cinta. Sin embargo, en lo que respecta a la historia de amor que es lo que más se sigue recordando de la película, eso no vale un pimiento.
📌 Puedes encontrar más información sobre Casablanca en IMDB.
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