La película de animación Flow, un mundo que salvar (Flow, Gints Zibalodis, 2024) nos lleva al despertar de un gato en un mundo que está sufriendo una inundación, y en el que el animal tiene que abordar dos problemas: su miedo al agua y la supervivencia en este momento de caos que vive. La ganadora a la mejor cinta de animación de los últimos premios Óscar es una película para toda la familia, en la que los animales y la naturaleza son los grandes protagonistas.
Alejándose de la simbología que siempre ha rodeado al gato negro y convirtiéndolo ahora en protagonista único de la historia, el espectador recorrerá junto a él un viaje repleto de desconcierto, resistencia y trabajo en equipo que está cargado de valores y en los que los humanos no tienen cabida. La soledad del comienzo y los peligros a los que debe enfrentarse ahí fuera harán que el miedo al agua sea uno de los primeros problemas que tendrá que afrontar. El temor que siente ante otras especies con las que se va topando en el camino, y que le harán darse cuenta de que no todos están ahí para hacerle daño, o que otros simplemente están en su misma situación, les llevará a seguir juntos en ese camino llamado vida.
Al gato le acompañan en esta aventura un perro, un roedor, un lémur y un ave secretaria. Un grupo inusual pero ellos no serán los únicos animales que veremos en este viaje. Gracias a una banda sonora compuesta por música y una combinación entre los sonidos de los animales que van apareciendo y la naturaleza en la que se mueven, consiguen hacer que la experiencia inmersiva sea mayor. Flow es cine de animación para toda la familia —incluidas las mascotas, quienes también seguirán de cerca este viaje que inician los animales protagonistas—, con la que, la belleza visual y su emotiva historia nos adentrarán en un mundo salvaje, brutal y bello en el que nos sumergiremos por completo.
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