El éxito de la adaptación de la novela de Emma Donoghue La Habitación (Room, Lenny Abrahamson, 2015) reside principalmente en una historia conmovedora y en las interpretaciones de su reparto principal con Brie Larson y el pequeño Jacob Tremblay como protagonistas, pero sin olvidar también las de secundarios como Sean Bridgers, Joan Allen, William H. Dacy o Tom McCamus. La relación que la pareja protagonista ha mostrado y sigue mostrando hoy en día en los perfiles de sus redes sociales muestra que los actores Brie Larson y Jacob Tremblay no sólo se han llevado maravillosamente en el rodaje de tan dura película, sino que han compartido muchas otras experiencias increíbles fuera de las cámaras —como presentar la película en un país tan diferente como Japón—.
A pesar de que la cinta trata principalmente sobre el tema del amor incondicional de una madre hacia su hijo y la lucha de una madre porque su hijo pueda ser feliz y aprender en un mundo tan reducido como una habitación, el largometraje también deja caer otros temas secundarios no menos relevantes como son la familia, los medios de comunicación o la superación de un trauma. Lo extraordinario del filme es que se centra en la relación de ambos, en las historias que van viviendo juntos y en cómo van sobrellevando una experiencia tan traumática. Lo bueno de la película es que, aunque hubiese sido más fácil centrarse en las razones del por qué llegaron ahí y relevar la importancia al personaje de Sean Bridgers, La habitación no lo hace.
El espectador puede percibir el horror, la felicidad y el valor de las pequeñas cosas gracias a la convivencia que vivimos con ellos durante las casi dos horas de largometraje. Al igual que podemos sentir la claustrofobia y la dureza de la situación que viven, también podemos padecer la presión y lo difícil que puede llegar a ser su vuelta a la normalidad. Es gracias a esos planos en los que la cámara nos muestra sus rostros y sus miradas de cerca, el uso de los silencios en la mayoría de las secuencias o cómo el pequeño narrador nos cuenta su forma de ver la vida y los acontecimientos que va experimentando lo que nos hace emocionarnos en muchos momentos e ir viviendo las diferentes fases por las que van pasando.
Una imagen de la película ‘La habitación’ con sus protagonistas (Foto: Filmaffinity)
⇓ SPOILERS A CONTINUACIÓN ⇓
La película tiene dos partes claramente diferenciadas: en la primera parte vemos su convivencia en la habitación y la rutina que llevan, mientras que en la segunda parte experimentamos la difícil salida de la habitación y lo que termina siendo algo más duro todavía, el comienzo de una nueva vida en la que el niño empieza a ver un mundo que hasta entonces sólo podía imaginar, y la madre debe hacer frente a lo que le ha ocurrido y a su vida tras esos años de sufrimiento. El punto y final lo pondrá su última visita a la habitación. El momento en que vuelven a la que fue su casa, pero esta vez sus cosas ya no están y las puertas no están cerradas, ese será el final de una historia para intentar comenzar a vivir una nueva y mejor vida fuera de unos pocos metros cuadrados.
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