Veinticinco años después de la publicación del libro de Nick Hornby y veinte años después de la adaptación cinematográfica que realizó Stephen Frears de este, las creadoras Sarah Kucserka y Veronica Becker se estrenan en la dirección llevando a la televisión la adaptación de High Fidelity en una serie de diez episodios con su propio guión junto al propio Hornby. Una banda sonora excelente, una protagonista hablando a cámara directamente y confesando sus pensamientos al espectador, esa tienda de discos que cada vez parece quedarse más obsoleta en este siglo XXI y todo un embrollo de romances pasados no superados, High Fidelity (2020) es una auténtica sombra de su pasado pero, ¿qué tal es esta serie?.

Cambiando al protagonista masculino blanco heterosexual por una mujer de color bisexual que es empresaria de una tienda de discos y busca encontrar su sitio en el mundo tras su fracaso en el amor, la serie ha sido adaptada a la época actual que en tan sólo veinte años ha cambiado rápidamente, haciendo que el mundo audiovisual haya visto en estas décadas cómo el CD ha sido absorbido por la tecnología más novedosa con plataformas como Spotify o Youtube y el vinilo interesa solo a una minoría de la población. Con unas fabulosas interpretaciones que se aprecian en la buena sintonía del elenco y la química de sus personajes, la actriz Zöe Kravitz nos transporta a la vida en Nueva York de esta treintañera cuya pasión por la música y gran conocimiento de ella no solo le ayuda económicamente aunque se encuentre sobreviviendo en un mundo cada vez más complicado sino que también le ayuda en lo personal durante esos buenos momentos de su vida y sobre todo, en los malos que le toca vivir. 

Con esos toques de humor continuos que los amigos y compañeros de trabajo de la protagonista crean en los debates que plantean sus conversaciones, y esa cercanía y complicidad con la propia protagonista que el espectador siente continuamente al acompañarla y escucharla en todo momento, High Fidelity aprovecha también su voz para criticar a todos esos personajes incómodos de la sociedad y esas plataformas que se han creado y que en cierta medida nos separan más a los seres humanos. Y todo ello con el humor acompañando al drama de las historias y dejando un guión que destaca principalmente por su inteligentes diálogos aunque se pierda también en algunos aspectos durante el desarrollo de la vida de la protagonista.

Un sonido excepcional de la mano de artistas como Sinead O’Connor, Minnie Riperton, David Bowie, Wings, Marvin Gaye y un largo etcétera pero entre los que destacan las secuencias en las que suenan Fleetwood Mac con ‘Dreams’, ese doblete de Dexys Midnight Runners y su ‘Come on Eileen’, Ann Peebles con ‘I can’t stand the rain’ —curiosamente estas tres aparecen en el episodio piloto que es uno de los mejores de la serie— o ese maravilloso cameo de Debbie Harry en el que suena ‘Heart of Glass’ de Blondie.


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