Recuerdo el boom que supuso Perdidos (Lost, 2004) hace veinte años cuando se estrenó. Recuerdo que como tantos espectadores, yo estaba enganchada viéndola —mucho ha cambiado la televisión y el streaming desde entonces—, pero fue una serie que dejó mella y supuso mucho para el mundo de las series. Por eso, he decidido volver a verla, o al menos empezarla, y ver qué tal es veinte años después de su estreno, y lo cierto es que vuelve a enganchar como lo hizo entonces.

La esencia de Perdidos reside en sus personajes, la forma en la que se van desmenuzando las historias de cada uno de ellos con flashbacks al pasado para conocer mejor sus vidas y su evolución actual tras el accidente y la vida en la isla, y esa mezcla de tantos géneros que desde la intriga y el thriller hasta el drama y el romance consiguen que el entretenimiento esté asegurado en todo momento. El triángulo Jack-Kate-Sawyer, el personaje de John Locke y el resto de supervivientes que, con distintas personalidades y formas de ser, aportan ciertas dosis de humor a una historia dramática, navegan por el mundo de las relaciones y se enfrentan a problemas con los que crecen los personajes.

⇓ SPOILERS A CONTINUACIÓN ⇓

En su primera temporada, las incógnitas que va recogiendo y que en los siguientes años se fueron multiplicando y tergiversándose, plantean una interesante mezcla en la que la ciencia ficción también entra a formar parte de la serie. La isla se convierte en casi un personaje en sí mismo al que se le da mucha importancia porque parece tener unos poderes que hacen que sucedan cosas que son prácticamente imposibles de creer para los que habitamos en la tierra. Como por ejemplo, el hecho de que vivan osos polares en una isla, que Locke pueda caminar desde el accidente cuando antes de este iba en silla de ruedas, o un humo negro que amenaza a los supervivientes y comenzamos a ver en los últimos episodios de la primera temporada, —y que seguirá siendo un misterio en las siguientes—.

Con la satisfactoria operación de abrir la escotilla que encuentran en la isla y que realizan Locke, Jack, Kate, Hurley y otro de los supervivientes del accidente de avión al que la dinamita termina matando pese a su conocimiento sobre esta, así como con el secuestro y recuperación del recién nacido de Claire, y la salida de Sawyer, Jin, Michael y su hijo en la barca y su encuentro con otro barco que parecía que era su salvación pero que parecen ser unos hombres que quieren quedarse al hijo de Michael; estos son algunos de los temas abiertos con los que la serie consigue atrapar —más si cabe— a sus espectadores para el regreso de una nueva temporada, que finalmente terminaría conformando una serie compuesta por seis temporadas que fueron muy comentadas y polémicas, pero que consiguieron ser el entretenimiento perfecto para quienes decidieron verla.