Mango (Mehdi Avaz, 2025) es una de las últimas películas románticas estrenadas en la plataforma Netflix. Tiene un tema recurrente que todos conocemos y que hará que, quien se anime a verla, no se sorprenda con lo que va sucediendo y sepa desde el inicio todo lo que está por venir.
La historia gira en torno a una mujer trabajadora danesa que tiene éxito en lo laboral y no tanto en lo personal. Le encomiendan ir a Málaga para convencer al dueño de una plantación de mangos de vender su negocio. Si lo consigue, la empresa para la que ella trabaja construirá hoteles de lujo en ese paradisíaco entorno. Esta práctica tan habitual la vemos a menudo en la realidad. Un negocio que no tiene en cuenta lo que supone la demolición de una plantación con la naturaleza y los animales que allí habitan, así como la destrucción de puestos de trabajo para la gente local.
Música y ambiente que hacen soñar con Málaga
La cinta posee una interesante banda sonora en la que suenan Ottis Redding, Marvin Gaye, Peitor Angell o Leon Bridges, y ayudan a idealizar el escenario de lujo al que nos trasladan en el pueblo de Frigiliana y alrededores en Málaga en el que se sitúa la plantación. Al romance se le une el drama que ha vivido y vive el hombre que intenta mantener la plantación, con las constantes presiones que sufre de empresas que intentan que venda para construir ocio de lujo en la zona.
Málaga es una de esas ciudades españolas que, debido al posicionamiento de nuevas empresas extranjeras y la buena calidad de vida que se vive allí, está viendo cómo se llena la ciudad de una población con un alto poder adquisitivo que deja atrás a los ciudadanos locales que no pueden llegar a esos salarios. Esto se mira con distancia en Mango, una película danesa que nos habla de que lo importante en la vida son las personas, pero que sin embargo, lo que destaca del filme es precisamente lo material que se nos enseña.
Entre amor y realidad: la vida frente al lujo
Esta incongruencia de las películas que enfatizan la importancia del sentimiento de comunidad, y de un cambio de perspectiva para no fomentar la especulación y la riqueza y poder de unos pocos, pero que, lamentablemente, lo hacen resaltando todo el lujo que ofrece el dinero. También nos habla de una historia de amor fugaz que nos quieren decir que es para toda la vida.
Mango es una película enfocada al entretenimiento romántico más soñador e idealista. Es una mezcla entre la serie Hierro —pero sin corrupción en la plantación, al menos que sepamos—, la película Un paseo por las nubes, y otros telefilmes de sobremesa del fin de semana. Una cinta que, sin sorpresa alguna, nos deja a una gloriosa Josephine Park con un papel que reitera una vez más el estereotipo de las mujeres bebiendo vino solas en casa.
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