Reporteras en guerra: entre la comedia y la tragedia
Whiskey Tango Foxtrot es una expresión originada en la armada americana que proviene del dicho What The Fuck, con el que comparte sus mismas siglas y significado, puesto que ambos vienen a decir lo mismo. Whiskey Tango Foxtrot podrían ser perfectamente las primeras palabras que nos pueden venir a la cabeza tras ver la película del mismo nombre. Para empezar, es una cinta que se ha vendido como comedia, a pesar de ser una historia situada en un país en guerra como Afganistán. Pronto iremos descubriendo que el mensaje y la cinta en sí es claramente un drama con toques de blockbuster de Hollywood.
Reporteras en guerra (Whiskey Tango Foxtrot, Glenn Ficarra & John Requa, 2016) está encabezada por la actriz Tina Fey, quien es productora y actriz. Fey da vida a una periodista cuya rutina monótona y solitaria le hará aceptar de la noche a la mañana una nueva aventura como reportera de guerra en Afganistán. Las emociones fuertes y la adrenalina que provoca la inseguridad de vivir en un país en guerra serán la excusa para celebrar fiestas continuas. En estas predominan el consumo de alcohol y otras drogas que evaden a los foráneos de la realidad diaria que viven.
Del caos exterior al conflicto interior
El largometraje utiliza estereotipos clásicos y juega con la diferencia entre culturas para provocar la risa del espectador. Es así como el rol entre sexos o las costumbres del país son usadas como sátiras para burlarse de una sociedad en la que estos estereotipos siguen estando más que presentes.
Además, otras cuestiones como el periodismo, la amistad, la cultura o el hecho de ser mujer serán constantemente expuestos en el relato. Así muestran las tradiciones tan diversas que hay en otros países, y recalcan la condición egoísta del ser humano. Y en el caso particular de la historia de la reportera, la soledad de esta que la lleva a la búsqueda incesante de encontrar un sentido a su vida.
Reporteras en guerra nos deja un sabor bastante amargo como drama personal. Tina Fey realiza una brillante interpretación, pero la trama de la cinta pasa sin pena ni gloria. Ni siquiera los numerosos secundarios que la acompañan llegan a convencer en sus papeles, en los que la sátira que intentan avivar actores como Martin Freeman, Margot Robbie, Billy Bob Thornton o Alfred Molina se ve relegada a un segundo plano debido al dramatismo de la historia que no cesa en ningún momento de la cinta.
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