La película Generación cápsula (The Pod Generation, Sophie Barthes, 2023) describe el negocio de la natalidad que ya llevamos viendo unos años en la sociedad actual con prácticas como la gestación subrogada o el vientre de alquiler, pero aplicado dentro del contexto tecnológico y con la ayuda de la llegada y avance de la inteligencia artificial para poder engendrar un bebé en una cápsula que reemplaza al vientre materno. Esta cinta de ciencia ficción que protagonizan los británicos Emilia Clarke y Chiwetel Ejiofor dibuja un futuro distópico del que ya compartimos ciertos avances tecnológicos en el mundo moderno hoy, pero que, con el progreso que permite que un bebé nazca y se forme en un vientre externo al de la madre va un paso más allá.
Con una pareja de clase media-alta que se mueve en unos entornos privilegiados tanto en suelo urbano como en rural en medio de la naturaleza dentro de sus vidas, la película tiene a la inteligencia artificial como protagonista y esta funciona como ama de casa, psicóloga o planificadora de tareas de la agenda de la sociedad, y se le da un control absoluto del día a día de los humanos. En esta sociedad futurista, una empresa ofrece la posibilidad de comprar un bebé con las características que quieran los compradores, y este se engendrará y desarrollará los primeros meses en una cápsula o huevo. Con el pretexto de que con dinero todo puede conseguirse, seguimos la adquisición de este bebé por parte de la pareja protagonista.
Si bien la cinta desarrolla una idea innovadora y sorprendente que en ocasiones resulta un tanto cómica en su planteamiento, esta se acerca y pueda compararse a temas similares que ya suceden hoy en día como la gestación subrogada, que también supone la mercantilización de la vida humana y plantea un interesante debate sobre los límites éticos. Generación cápsula ofrece una puesta en escena repleta de lujos que se siente creíble desde nuestra realidad actual, y que nos hace seguir viéndola pese a un ritmo lento y un metraje más largo de lo esperado. Este largometraje podría ser perfectamente un episodio de la serie Black Mirror (Charlie Broker, 2011), anticipando el posible avance tecnológico al que podrían llegar los humanos y que, de ser así, anticipa el horror y miedo a la locura del ser humano por querer hacer de todo un negocio que se puede conseguir con dinero.
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