Entramos a Netflix y la aplicación nos recomienda varias películas navideñas y vemos cómo cada semana van aumentando este tipo de cintas desde el mes de noviembre y hasta tienen una categoría propia llamada ‘Navidad, dulce Navidad’. Dentro de ella encontramos un gran repertorio de telefilmes con sus cascabeles sonando en las canciones y unos escenarios llenos de nieve, árboles de navidad o renos aparecen en títulos variopintos como, «Un padre por Navidad», «Navidad nupcial», «Herencia navideña», «Navidades por encargo», «Operación Feliz Navidad», «Una Navidad con vistas» y así un largo etcétera. Y ahí te das cuenta que si aborreces la Navidad y todo lo que ella conlleva pero principalmente toda esa tradición impuesta y consumista, Netflix y como esta muchas otras aplicaciones, no ayudan a sobrellevar estas fiestas tan forzadas.

De entre toda esa multitud de opciones de películas de Navidad está Sorpresa en Navidad (Too Close for Christmas, Ernie Barbarash, 2020), un telefilme protagonizado por Jessica Lowndes y Chad Michael Murray que entendemos tuvieron tanto éxito como pareja protagonista en anteriores filmes que cada año protagonizan un nuevo telefilme navideño juntos. La música de la primera secuencia de Sorpresa en Navidad nos adentra en el ambiente navideño en una gran ciudad en la que vive la protagonista, quien está terminando de poner el lazo a unos regalos y se dirige a la empresa en la que trabaja para terminar de dejar todo su trabajo a su jefa ya que es la primera vez que pasará estas fiestas sin sus padres pero con su hermana y sin estar trabajando. Con un paisaje completamente nevado y de nuevo, la música navideña de fondo, llama a su hermana con la que pasará las fiestas junto a ella y la familia de su marido y sabiendo que el hermano de este no va a estar. La sorpresa no sorpresa es que la casa tiene luces por encima de las posibilidades de un ser humano y el hermano que no iba a estar se ve obligado a pasar las navidades con ellos. Y lo que viene después ya lo sabemos y es que estos tetefilmes navideños no sorprenden y suelen ser predecibles y están sobrecargados de un todo.

Con un guión y unas interpretaciones forzadas, un convencionalismo en remarcar clichés y estereotipos, planes navideños constantes y la perfección de todo aquello que se representa —las casas y su decoración, las ciudades y pueblos, los lugares a los que van y todo el reparto al completo—. ¿Son este tipo de telefilmes navideños un peligro para la salud de los seres humanos? ¿Por qué los vemos? ¿Por la decoración? ¿La música navideña? ¿Lo guapos y jóvenes que son todos? ¿El romance de Navidad? ¿El sentimiento navideño que nos encanta o que por el contrario, añoramos y esperamos encontrar viendo películas como esta? ¿La perfección de todo lo que vemos? ¿La suma de todo lo mencionado anteriormente?