La sugerente presentación de Zoe (Drake Doremus, 2018) con un fascinante cartel y dos actores de categoría es suficiente para adentrarse sin conocer a fondo la trama en este mundo de ciencia ficción tan parecido a la realidad actual. Zoe cuenta la historia de dos personas que trabajan en un laboratorio y utilizan la tecnología para mejorar las relaciones de pareja, debido a su trabajo empiezan a cuestionarse sus vidas personales tras la creación de robots que comienzan a convivir con humanos.

La película tiene una interesante puesta en escena en la que la oscuridad que rodea a la cinta produce cierto misterio en la trama. Además, podemos apreciar un cuidado especial en sus secuencias gracias a los distintos ángulos de los planos y a los colores pálidos que crean ese toque indie que tiene el largometraje en todo momento. Sin embargo, las interpretaciones de Léa Seydoux y Ewan McGregor no son suficientes para que Zoe se convierta en un interesante drama romántico con toques de ciencia ficción. El problema reside principalmente en la lejanía que el espectador siente con la historia, en la cual es difícil llegar a empatizar con la pareja protagonista como para que llegue a atraparte su trama.

Una imagen de Zoe con la actriz Léa Seydoux junto a Ewan McGregor

Si bien su director Drake Doremus sí que supo transmitir el amor, cariño y los problemas actuales que tienen las parejas en el siglo XXI con los nuevos hábitos rutinarios que hemos adquirido —principalmente debido a los avances de la tecnología— en películas como Like Crazy (2011) y Newness (2017), a pesar de que Doremus ya lo intentó con la cinta de ciencia ficción y romance Equals (2015)Zoe demuestra que el director todavía no ha sabido recrear una historia de amor convincente e interesante en la que convivan seres humanos y robots en la gran pantalla.

Nota: 5/10