Adri + Polvo somos, las primeras producciones de Estibaliz Urresola

Antes del maravilloso mediometraje Cuerdas (2022) —leer reseña completa aquí— y del grandioso largometraje 20.000 especies de abejas —leer reseña completa aquí—, la guionista y directora Estibaliz Urresola realizó pequeños cortometrajes y mediometrajes que merecen la pena visionar. En ellos ya podemos ver la delicadeza con la que se relatan las historias y el cuidado de los pequeños detalles a la hora de contarlas que caracterizan los trabajos de la directora.

Los días previos de una niña que entrena diariamente para el campeonato nacional de natación que está a punto de tener lugar nos llevan a empatizar con ella y sentir la presión que la gente de alrededor le lleva a experimentar al mismo tiempo que la madurez parece llegar a su vida. El silencio y las mentiras así como la vergüenza y el desconocimiento serán las consecuencias de un cambio hormonal que llega sin previo aviso y que hará que muchas mujeres se sientan representadas al ver este cortometraje. Una pequeña historia cotidiana que la directora plasma de forma sencilla en una producción bastante premonitoria de un tema no tan mencionado en el séptimo arte, que aquí describe con naturalidad y sin prejuicios.

El regreso a casa de una joven para acudir al entierro de su abuelo le llevará a lidiar con las mujeres de la casa en esta situación que nos resultará familiar. Una historia de y sobre mujeres que muestra comportamientos distintos en cada una de ellas con conductas y formas de ser muy diferentes que nos ayudan a comprender que son resultado de la sociedad en la que ha vivido cada una de ellas, así como de las situaciones personales que han tenido a lo largo de sus vidas. La sencillez del relato destaca la grandeza de este y su realimo a la hora de retratar estos momentos que nos toca vivir a todos nos lleva a recordar nuestra propia realidad y reflexionar sobre ella.